Por Claudia Luna Palencia
Rusia y la OTAN retoman diálogo
El pasado 12 de enero, una delegación de Rusia y otra de la OTAN, retomaron conversaciones tras más de dos años sin diálogo directo y luego de una preocupante tirantez en medio de amagos y fuertes acusaciones de poner al límite la paz internacional.
El Consejo OTAN-Rusia celebrado en Bruselas analiza la forma en cómo puede darse una desescalada mutua y llegar a un nuevo acuerdo marco de seguridad y de entendimiento regional.
La situación en el traspatio europeo, con Ucrania y el enfrentamiento con Rusia, es vista como una amenaza inminente y creciente para la Unión Europea (UE) y que ha motivado que la OTAN deje entrever que, tarde o temprano, terminará incluyendo a Ucrania como un nuevo aliado.
Ese espaldarazo significaría que todo ataque contra suelo ucraniano, permitiría a su gobierno activar el artículo 5 de la carta de la Alianza Trasatlántica que argumenta y defiende que toda agresión contra un Estado miembro activa la defensa colectiva.
Para la Rusia del presidente Vladimir Putin este acercamiento es inaceptable porque significa una flagrante amenaza para la seguridad del país eslavo que ve con inquietud no solo la posible inclusión de Ucrania en la OTAN sino que Estados Unidos establezca bases militares o sistemas antimisiles.
Putin está presionando por un nuevo acuerdo regional de seguridad, tanto con la OTAN, como de forma bilateral con la Unión Americana, bajo el compromiso de que Ucrania y Georgia no formarán parte de la Alianza.
El último Consejo OTAN-Rusia aconteció el 5 de julio de 2019 y estuvo enfocado en el Tratado INF de capacidades nucleares de medio alcance. Durante varios años han existido acuerdos entre ambas partes, han compartido al menos diez diálogos, sin embargo, desde 2014 tras la anexión de Crimea a Rusia las tensiones entre ambos ha ido de escalada en escalada.
Julianne Smith, embajadora de EU en la OTAN, afirmó que de ninguna manera se tomarán decisiones sobre Ucrania sin Ucrania; sobre Europa sin Europa o sobre la OTAN sin la OTAN.
Vamos a ver si el hábil estratega Putin se sale con la suya, avieso como es, hace amagos –en especie de farol– para provocar reacciones en sus contrapartes de las que luego sacará provecho.
Interesante: en este juego de espejos, el líder del Kremlin aguardó sigiloso a que Donald Trump dejase la Presidencia de Estados Unidos, para amenazar con invadir Ucrania.
Y cuando los analistas esperaban algún movimiento de tropas recién empezado el año, nada sucedió en suelo ucraniano, empero ha surgido el conflicto interno en Kazajistán que nadie avizoraba y sirve de mero distractor.
A COLACIÓN
Los pleitos no tienen fin y a veces tampoco final feliz. El think tank, Atlantic Council, elaboró un interesante análisis acerca de los doce riesgos que podrían manifestarse en 2022.
Uno muy claro ligado con Rusia y Ucrania que además involucra a diversos actores preponderantes en la esfera global. Me parece curioso (y no quiero obviarlo) que en la reciente aprobación del billonario Presupuesto de Estados Unidos quedasen fuera una serie de nuevas sanciones.
Precisamente, en el histórico gasto militar aprobado por 760 mil millones de dólares, no entró en marcha el plan de Biden de sancionar a todas las empresas que tuvieran relación con la construcción del gasoducto Nord Stream II que parte de Rusia y se bifurca hasta Alemania. Delicado asunto.
Aunque el encargado de la diplomacia europea, Joseph Borrell, ha sido menos cauto al afirmar que la prevalencia del Nord Stream II depende de lo que militarmente haga Rusia. Total, no será un diálogo fácil lo que habrá en los próximos meses en busca de un marco de seguridad para las partes, pero por lo menos, hay conversaciones.