Redacción
México.- Al celebrar el Día del Ejército, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció el apoyo de las Fuerzas Armadas y manifestó que para un poder público dispuesto a transformar no hay mejor aliado que el propio pueblo.
“Nada se puede esperar de políticos corruptos, de la prensa que se vende o se alquila, de intelectuales convenencieros y de potentados dominados sólo por la codicia”, aseveró el presidente en su papel de jefe máximo de las Fuerzas Armadas.
Frente a los altos mandos y tropa castrense, López Obrador rechazó que se esté militarizando al país por las responsabilidades que les ha conferido en su gobierno.
“Las acusaciones de que estamos militarizando el país carecen de toda lógica y de la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades; ni mucho menos que se involucren en acciones represivas o violatorias de los derechos humanos.
“Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en acciones de desarrollo, bienestar y paz es refrendo de su lealtad a las instituciones civiles”, justificó el presidente.
En el evento militar efectuado en Ramos Arizpe, Coahuila, López Obrador recordó la frase juarista: “Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada”, para justificar sus reacciones de los últimos días.
“Véase nuestro caso. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial por los pobres, los conservadores corruptos ya nos habrían derrotado o habríamos tenido que rectificar y someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos como eran antes los gobernantes: en floreros o en títeres de los que se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país.
“Sin el apoyo del pueblo tampoco habríamos resistido la intensa campaña en nuestra en contra emprendida desde los medios informativos convencionales y las redes sociales, ni habríamos podido hacer frente a una guerra sucia tan intensa y estridente como la que padeció el presidente Madero”.
Advirtió: “No que carguemos la culpa al Ejército de acciones indebidas que avergüenzan, que son manchas en nuestra historia. No se olvide que esas acciones fueron ordenadas por las autoridades civiles, no se haga a un lado la legalidad que establece que el comandante supremo de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República.
“Y vuelvo a expresarlo: mientras ocupe el honroso cargo de representar a los mexicanos en la presidencia de la República, como comandante de las Fuerzas Armadas jamás daré la orden de que se reprima al pueblo de México”.
Recordó que al inicio de su gobierno se estableció en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública la necesidad de reorientar a las Fuerzas Armadas y agregar a sus misiones constitucionales tradicionales la de participar en la construcción de la paz, particularmente con la creación de la Guardia Nacional, una institución que se fundó con el apoyo de todas las fuerzas políticas en el Congreso de manera unánime, que cuenta ya con más de 100 mil elementos y actúa en todo el territorio nacional.
Aseguró que esta estrategia ya está dando resultados durante los últimos tres años porque ya está bajando la incidencia delictiva.