Redacción
Estados Unidos.- Tres empresarios y un ex astronauta despegaron ayer a bordo de un cohete de SpaceX en la primera misión completamente privada hacia la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés), donde permanecerán más de una semana.
El despegue tuvo lugar a las 11:17 horas desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida.
Desde el año 2000 han viajado varios novatos a la ISS. Rusia envió el año pasado un equipo de filmación y a un multimillonario japonés. Pero todos lo hicieron a bordo de cohetes Soyuz y acompañados de cosmonautas.
Esta vez es la compañía Axiom Space la que organizó el viaje, en colaboración con SpaceX y la NASA, retribuida por el uso de su estación.
«Estamos ampliando al espacio las fronteras terrestres del comercio», dijo Bill Nelson, jefe de la agencia espacial estadounidense, poco antes del despegue.
«Decir que estamos felices es un eufemismo», declaró en rueda de prensa el director de Axiom Space, Michael Suffredini, subrayando que se trataba de la concreción de seis años de trabajo junto a la NASA y a SpaceX.
El comandante de la misión, llamada Ax-1, es el hispano-estadounidense Michael López-Alegría, un ex astronauta que ya estuvo en la ISS.
Los otros miembros del equipo pagaron decenas de millones de dólares, según AP alrededor de 55 millones cada uno para ser parte de la misión.
El papel del piloto es ocupado por el estadounidense Larry Connor, propietario de una firma inmobiliaria.
También viajan a bordo el canadiense Mark Pathy, jefe de una firma de inversiones, y el ex piloto Eytan Stibbe, cofundador de un fondo inversor.
Stibbe será el segundo astronauta israelí de la historia, tras Ilan Ramon, muerto en 2003 en la explosión del transbordador espacial estadounidense Columbia a su regreso de la ISS.
«Era un buen amigo», declaró Stibbe durante una conferencia de prensa la semana pasada.
«Seguiré con la experiencia que comenzó hace 19 años, enfocado en la observación de tempestades».
Experiencias científicas
Los cuatro hombres tienen una agenda bastante cargada, con unas 25 experiencias que llevar a cabo sobre envejecimiento, salud cardíaca o células madre.
«Los experimentos que me llevaron allá arriba, que provienen de universidades canadienses y de institutos de investigación, probablemente no habrían podido ser realizados en el espacio sin esta misión», aseguró Pathy.
Por esta razón, entre otras, es que los miembros de la Ax-1 rechazan el calificativo de turistas espaciales.
«Creo que es importante diferenciar los turistas especiales de astronautas privados», estimó Connor. Los primeros «pasan 10 a 15 horas entrenándose (y) cinco a diez minutos en el espacio (…) Nosotros pasamos entre 750 y más de mil horas entrenando».
Tanto él como Lopez-Alegria fueron preparados en el sistema de la cápsula Dragon de SpaceX.
Todos aprendieron cómo reaccionar en caso de una situación de emergencia en la estación. Pero también a llevar a cabo tareas de la vida cotidiana en gravedad cero.
Su formación es sin embargo menos exhaustiva que la de astronautas profesionales, que deben poder efectuar salidas al espacio o reparar los equipos.
Los miembros de Ax-1 «usarán los baños, pero si los rompen, nuestro equipo los reparará», dijo el jueves la funcionaria de la NASA Dana Weigel.