Redacción
México.- La Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ) reportó este sábado la primera muerte de un menor de edad que fue diagnosticado como un caso “probable” de hepatitis aguda grave de origen desconocido.
A través de un comunicado, la SSJ detalló que el niño tenía siete años, era residente del municipio de Zapopan y se encontraba internado en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Ahora, la SSJ está a la espera de los estudios enviados al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), con lo que se determinará o descartará si la causa de su deceso fue dicha enfermedad, que en las últimas semanas ha encendido las alarmas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al mismo tiempo, la dependencia estatal reportó otro nuevo caso “sospechoso” de hepatitis infantil: un niño residente de la ciudad de Guadalajara, quien comenzó con síntomas el pasado 30 de mayo y “se encuentra hospitalizado con estado de salud grave”. También se está a la espera de los resultados del InDRE.
Además, hay dos infantes más con sospecha de enfermedad y se encuentran graves, entre ellos el niño trasladado del estado Nayarit a un hospital de Guadalajara.
Con ello suman seis casos los atendidos en la entidad en lo que va del año. Sin embargo, ninguno ha sido confirmado por el grupo de expertos.
Cabe recordar que el pasado 19 de mayo, el Dr. Alejandro Efraín Benítez Herrera, titular de la Secretaría de Salud del Estado de Hidalgo, informó la primera muerte confirmada por hepatitis aguda infantil en el país. Fue un niño de tres años que fue hospitalizado en la Ciudad de México.
“Este niño resultó negativo a todos los TIPOS de hepatitis viral que se conocen en el país, por lo que quedó clasificado como un niño que presentó hepatitis aguda grave de causa desconocida”
El niño originario de Tulancingo estuvo internado en el hospital del IMSS de Pachuca donde llegó con dolor abdominal, pero por su estado de gravedad fue trasladado al de La Raza, al norte de la CDMX.
Sin entrar en detalles, Benítez Herrera reconoció que esta enfermedad que provoca la inflamación del hígado en niños y niñas podría ser “una complicación tardía del COVID-19″.