Redacción
México.- Greenpeace México ha alertado sobre el riesgo que enfrentan al menos 115 especies y 366 estructuras de posibles sistemas arrecifales en el estado de Veracruz, en el golfo de México, debido a la construcción del gasoducto «Puerta al sureste» por parte de la energética TC Energy y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
A pesar de que las autoridades mexicanas han descartado riesgos en dos zonas marinas de Veracruz, Greenpeace ha identificado estas estructuras y especies en peligro y ha pedido un mayor esfuerzo para determinar su tamaño real y protegerlas.
Para llevar a cabo este análisis, Greenpeace utilizó técnicas como el sonar de barrido con un sumergible tripulado por dos personas y el uso de drones. Durante mayo, llevaron a cabo estas investigaciones a bordo del barco «Artic Sunrise«. En total, se analizó una superficie de 10.04 millones de metros cuadrados, revisando 4,125 fotografías y 341 videos con una duración superior a los 1,866 minutos.
El informe de Greenpeace destaca la presencia de comunidades ecológicas típicas de zonas mesofóticas, como octocorales (corales blandos), corales negros, esponjas e hidrozoarios. Además, se encontraron siete especies de peces de importancia comercial, incluido el pez león, una especie exótica invasora registrada por primera vez en aguas profundas de Veracruz.
Los especialistas subrayan que no se encontró basura en profundidades de entre 50 y 80 metros, donde se llevaron a cabo los estudios. También destacan que la cantidad de especies podría ser mayor, ya que la muestra tiene una suficiencia de entre el 60% y el 80%.
Greenpeace ha denunciado la opacidad que rodea al proyecto, ya que se ha clasificado como seguridad nacional y su información, incluida la manifestación de impacto ambiental, está reservada y no es pública. Aunque el proyecto no ha recibido la aprobación de las autoridades competentes, la organización advierte que representa un peligro para la costa de Veracruz.
Entre las acciones que Greenpeace está considerando para frenar el proyecto se encuentra la posibilidad de presentar un amparo judicial y replantear las zonas protegidas para salvaguardar las especies en peligro de extinción. Además, la organización argumenta que el gasoducto no es necesario, ya que existe la capacidad para iniciar una transición energética hacia fuentes renovables en lugar de depender del gas estadounidense.