Redacción
Austria.- Un estudio liderado por Rafael Prieto Curiel del Centro de Ciencias de la Complejidad, con sede en Viena (Austria), publicado en la revista Science, indica que la única forma de reducir la violencia relacionada con el crimen organizado en México es adoptar una estrategia preventiva en lugar de una reactiva. El estudio argumenta que aumentar los encarcelamientos conduce a más homicidios y a un mayor número de miembros de los grupos criminales.
El análisis se basa en datos sobre homicidios, personas desaparecidas y encarcelamientos en México entre 2012 y 2022, y se centra en las interacciones violentas entre las organizaciones criminales. Según el estudio, las organizaciones criminales en México cuentan actualmente con entre 160,000 y 185,000 miembros, con el Cártel Jalisco Nueva Generación como el más grande y violento.
El informe señala que la carrera en los cárteles es corta y violenta, con un alto porcentaje de miembros que mueren o quedan incapacitados en prisión en un período de 10 años. Además, debido a las bajas causadas por muertes y deserciones, los grupos del crimen organizado necesitan reclutar constantemente nuevas personas para evitar el colapso.
El estudio calcula que si se mantiene la actual política de capturas y encarcelamientos, la cifra de miembros de organizaciones criminales aumentará a 220,000 en cinco años. Sin embargo, si se reduce el reclutamiento a la mitad, esta cifra disminuiría a 155,000, y si se impide la incorporación de nuevos miembros, caería a 110,000.
Los investigadores argumentan que una estrategia preventiva, centrada en reducir el reclutamiento de nuevos miembros, es matemáticamente más exitosa que la estrategia reactiva actual. También enfatizan la importancia de proporcionar oportunidades educativas y profesionales en áreas con alto apoyo a los cárteles para superar los beneficios a corto plazo que estos ofrecen.
El estudio destaca que México ha experimentado un aumento del 77% en las muertes relacionadas con organizaciones delictivas entre 2012 y 2022 y advierte que si la tendencia actual continúa, habrá un 40% más de muertes y un 26% más de miembros de cárteles para 2027.
Los resultados subrayan la necesidad de una mayor atención y esfuerzo en la prevención del reclutamiento y la promoción de oportunidades de desarrollo en comunidades afectadas por la presencia del crimen organizado.