Redacción
México.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han emitido una alarmante advertencia sobre los riesgos para la salud de las personas que trabajan bajo la exposición directa al sol, revelando que una de cada tres muertes entre estos trabajadores está vinculada a carcinomas no melanoma.
Según un estudio conjunto, la exposición a la radiación ultravioleta solar se clasifica como el tercer riesgo laboral más importante relacionado con las muertes por cáncer. El informe destaca que las regiones más afectadas por este fenómeno son África, América y Asia Oriental-Pacífico.
En 2019, más de mil 600 millones de personas en edad laboral, mayores de 15 años, estuvieron expuestas a la radiación ultravioleta mientras trabajaban. De este grupo, casi 19 mil personas perdieron la vida a causa de cánceres de piel menos agresivos que el melanoma, como el carcinoma basocelular y el espinocelular.
Entre los años 2000 y 2019, las muertes por estos tipos de cáncer experimentaron un alarmante aumento del 88%, pasando de 10,088 a 18,960 casos.
La OMS y la OIT han instado a la implementación de medidas adicionales para proteger a los trabajadores expuestos al sol y prevenir la pérdida de vidas por este tipo de cánceres. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, recordó la disponibilidad de soluciones rápidas, como la implementación de regulaciones que proporcionen sombra a los trabajadores, la evitación de jornadas al mediodía y el suministro de protector solar y prendas adecuadas.
La directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, María Neira, destacó que muchos países ya están integrando estos datos en sus sistemas de monitoreo.
Además, para combatir este problema, la OMS, la OIT, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzaron en junio de 2022 la aplicación global para teléfonos móviles «Sun Smart UV». Esta aplicación proporciona pronósticos meteorológicos y de rayos UV de cinco días, indicando los horarios en los que se requiere protección solar, con el objetivo de reducir la carga global de cáncer de piel y daños oculares relacionados con los rayos UV.