Redacción
Praga.- En un oscuro día para la histórica ciudad de Praga, un hombre armado abrió fuego el jueves en el edificio de la Facultad de Filosofía de la Universidad Charles, llevando a cabo una terrible masacre que dejó al menos 15 personas muertas y más de 20 heridas, según informaron las autoridades locales.
El trágico incidente, considerado el peor tiroteo en la historia reciente de la República Checa, tuvo lugar en el edificio situado en la concurrida plaza Jan Palach, cerca del río Moldava, en pleno casco antiguo de Praga. El presunto agresor, quien también perdió la vida en el suceso, estudiaba en la misma facultad, según confirmó el jefe policial de Praga, Martin Vondrasek.
Las autoridades aún no han revelado la identidad del agresor y no han proporcionado detalles sobre las víctimas. Se informó que 24 personas resultaron heridas, y las autoridades advierten que la cifra de muertos podría aumentar a medida que se desarrollen las investigaciones.
Según el jefe policial Vondrasek, el sospechoso habría asesinado a su propio padre en Hostoun, ciudad al oeste de Praga, antes de dirigirse a la universidad. Además, se reveló que el presunto agresor tenía la intención de suicidarse, aunque no se proporcionaron detalles adicionales sobre sus motivaciones.
Imágenes del tirador de Praga abriendo fuego desde la azotea de la Universidad de Praga.
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A pesar de la tragedia, las autoridades checas han descartado inicialmente cualquier conexión del agresor con ideologías extremistas o grupos terroristas. El Ministro del Interior, Vit Rakusan, afirmó que no hay indicios de que el incidente esté relacionado con el terrorismo internacional y llamó al suceso «un crimen horrible, algo que la República Checa nunca ha vivido».
El director de la Galería Rudolfinum, Pavel Nedoma, fue testigo directo de los impactantes eventos. Desde su ventana, observó cómo el agresor disparaba un arma desde un balcón del edificio. La policía ha evacuado a todas las personas del lugar y está llevando a cabo una exhaustiva búsqueda en la zona, incluyendo el balcón, en busca de posibles explosivos.
El Gobierno checo intenta tranquilizar a la población, descartando la participación de intereses extranjeros en el trágico suceso. La ciudad, conocida por su belleza arquitectónica y su rica historia, se encuentra sumida en el luto mientras se espera el desarrollo de las investigaciones para esclarecer los motivos detrás de esta espantosa masacre.