Redacción
Guerrero.- La ciudad de Taxco de Alarcón, en Guerrero, enfrenta una situación crítica con seis días de paro en el transporte público y cinco días de suspensión de clases en todos los niveles educativos, tanto públicos como privados. Esta paralización afecta no solo la movilidad de los habitantes, sino también las actividades comerciales, dejando a comerciantes y pequeños empresarios con disminución en sus ventas, especialmente por las tardes y durante la noche.
La población local ha optado por permanecer encerrada, saliendo solo por la mañana para adquirir lo necesario, evocando la época de confinamiento durante la pandemia de COVID-19. Los comercios en plazas y el mercado municipal enfrentan horarios de atención reducidos o la ausencia de comerciantes debido a la falta de transporte para llevar sus productos.
A pesar de la crisis interna, prestadores de servicios turísticos informan sobre la visita de grupos de turistas nacionales y extranjeros, que llegaron como parte de programas previamente planificados. Sin embargo, la movilidad de estos grupos para explorar los atractivos turísticos cercanos se encuentra limitada.
El paro de transportistas, que afecta las rutas hacia comunidades cercanas y la ciudad de Iguala, se inició después del asesinato de un chofer de una Urvan el pasado fin de semana, incidente en el que también resultó herida una turista. Amenazas posteriores a choferes de Urvans por hombres armados han contribuido a la creciente desolación y temor entre los habitantes.
El llamado a la paz resuena en Taxco, con campanas de iglesias y parroquias clamando por tranquilidad en una ciudad afectada por semanas de violencia contra comerciantes y transportistas. El presidente municipal, Mario Figueroa Mundo, ha regresado a la ciudad y reconoce la situación de inseguridad como un desafío del que la ciudad y sus residentes esperan salir. La comunidad espera respuestas y acciones para restablecer la normalidad y garantizar la seguridad en el día a día.