Redacción
México.- La aclamada novela de Jorge Ibargüengoitia, ‘Las muertas’ (1977), conocida por su estilo satírico y su crítica mordaz hacia la sociedad mexicana, llegará a la pantalla gracias a una serie de seis películas producidas por Netflix. El director encargado de esta adaptación es Luis Estrada, reconocido por su enfoque satírico en películas como «El infierno» y «La dictadura perfecta».
La novela, que combina elementos de reportaje novelado con una trama ficticia inspirada en eventos reales, narra la historia de las hermanas Serafina y Arcángela Baladro, basadas en las conocidas ‘Poquianchis’, mujeres que regentearon prostíbulos en México en las décadas de los cuarenta y sesenta, traficando, esclavizando y asesinando a decenas de personas. Estrada, quien ha sido un ferviente admirador de la obra de Ibargüengoitia desde su juventud, considera que la novela es casi un guion cinematográfico en sí misma debido a su estructura detallada y su narrativa visual.
A lo largo de los años, Estrada ha intentado obtener los derechos para adaptar la obra al cine, pero fue finalmente a través de una colaboración con Netflix que pudo materializar su proyecto. Aunque inicialmente tenía dudas sobre la idea de convertir la novela en una serie de películas, optando por su lealtad al cine sobre la televisión, finalmente aceptó la propuesta de la plataforma de streaming. Estrada reconoce que el mundo del entretenimiento está evolucionando, y es importante adaptarse a los nuevos hábitos de consumo.
La serie, que comenzará a rodarse en febrero en varias locaciones de México, promete mantener el tono satírico y crítico de la novela original, abordando temas como la corrupción, la impunidad y la violencia en la sociedad mexicana. Estrada destaca que «Las muertas» sigue siendo relevante en la actualidad debido a su demoledora crítica a las instituciones y la corrupción que sigue prevaleciendo en el país.
Con la participación de actores como Arcelia Ramírez, Paulina Gaytán, Alfonso Herrera y Joaquín Cosío, la serie busca capturar la esencia del texto original de Ibargüengoitia y ofrecer una reflexión profunda sobre los males que aquejan a la sociedad mexicana. La fecha de estreno aún no ha sido anunciada, pero se espera que la serie de películas esté disponible próximamente en Netflix para el disfrute del público.
Se informó que las filmaciones de la serie ‘Las muertas’, sobre ‘Las Poquianchis’, comenzarán dentro de una semana y además de las locaciones en Guanajuato, también grabarán en Veracruz y San Luis Potosí.
En la ambiciosa producción trabajarán cerca de 150 actores, y estará ambientada entre los años 40 y 70.
Fiel a su estilo, la serie tendrá drama, pero también toques de comedia negra, y Luis Estrada no desaprovechará para hacer una dura crítica a las autoridades y a la sociedad, algo que también ya es característico en sus películas.
«Lo que me interesa es hablar de mi país y lo que ofrece Ibargüengoitia es confrontar al público con su país y descubrir que no hemos cambiado tanto, que en realidad la violencia contra las mujeres, los feminicidios, la trata de blancas tiene una raíz muy profunda y que el machismo sigue siendo igual que lo fue hace cientos de años, pero también en los 60, que a la mujer se le cosifica», dijo en la presentación ante los medios, según reportó El Universal.
Las Poquianchis es el apodo con el que popularmente se le conoce a las hermanas González Valenzuela, quienes en 1964 se hicieron famosas tras ser acusadas de trata de personas y asesinato.
De acuerdo con los archivos, las Poquianchis asesinaron entre 90 y 150 personas entre mujeres explotadas, recién nacidos y clientes. Por ello, las poquianchis son consideradas las asesinas seriales con el mayor número de víctimas en la historia de México.
Sus nombres eran Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa, quienes construyeron una red de secuestro y prostitución. Manejaban prostíbulos en Jalisco y Guanajuato, donde golpeaban y sometían a sus víctimas.
Nacidas en El Salto, Jalisco, las poquianchis nacieron en una familia de carácter disfuncional. Su padre fue un policía del gobierno porfirista, alcohólico que maltrataba a sus familias. Además, se dice que obligó a las hermanas a presenciar la tortura de detenidos durante su infancia.
Por otra parte, la madre de las hermanas González Valenzuela era una fanática religiosa. El maltrato dentro de la familia alcanzó grados extremos, que incluso Carmen González pasó un año encarcelada por su padre.
En 1938 Carmen se relacionó con un criminal, al que tiempo después abandonó. Sin embargo, durante ese periodo aprendió todo lo necesario sobre el negocio de los bares.
Cuando los padres de las hermanas murieron, éstas utilizaron su herencia para invertir en su primer burdel, el cual cerró tras una riña en la que murió el hijo de Carmen.
En 1954, las Poquianchis volvieron a abrir un burdel en Lagos de Moreno, Jalisco. Pese a que la prostitución estaba prohibida en el estado, las hermanas establecieron nexos con autoridades corruptas para estar protegidas.
A su vez, se vincularon con secuestradores en toda la república para conseguir a las mujeres que iban a prostituir. La edad de las víctimas oscilaba entre los 12 y 15 años, quienes eran atraídas bajo la promesa de empleos bien pagados.
Una vez en el burdel, las mujeres eran violadas y golpeadas para someterlas psicológicamente. Inmediatamente eran puestas a trabajar, para ello las poquianchis les proporcionaban ropa y comida a precios arbitrarios para así generar una deuda imposible de pagar.
Cuando las mujeres rebasaban los 25 años de edad, eran asesinadas por los colaboradores masculinos de las hermanas. Algunas otras prostitutas más antiguas se convirtieron en cómplices de las proxenetas, funcionando como celadoras y participando en los homicidios.
Muchas de las mujeres llegaron a enfermar y morir, principalmente por dieta raquítica que se les proporcionaba. Si alguna de las prostitutas llegaba a quedar embarazada, se le practicaba un aborto. Además, también se asesinaron a los niños que llegaron a nacer.
Finalmente, una de las víctimas logró escapar y denunciar a las hermanas. Tras el arresto, se descubrieron varias fosas clandestinas donde las Poquianchis enterraron a los muertos. Fueron condenadas a la pena máxima de 40 años de cárcel, pero sólo una logro morir en libertad.