Redacción
Nueva York.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha sido declarado culpable de tráfico de cocaína, asegurando un lugar en la infamia para quien alguna vez fue un aliado de Estados Unidos en la “guerra contra las drogas”. Hernández es el primer exjefe de estado en ser condenado por narcotráfico en Estados Unidos desde que el dictador panameño Manuel Noriega fue condenado en 1992.
El jurado encontró a Hernández, de 55 años, culpable de tres cargos de tráfico de drogas y conspiración de armas. Enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 40 años de prisión. Durante el juicio de dos semanas, los testigos describieron sobornos pagados a las campañas políticas de Hernández, incluyendo un millón de dólares del notorio líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En sus argumentos finales, el fiscal asistente Jacob Gutwillig afirmó que Hernández había “allanado una supercarretera de cocaína hacia Estados Unidos”. A pesar de su papel en la lucha contra el crimen y la cooperación con Estados Unidos en medidas contra el narcotráfico, Hernández protegió a algunos traficantes, incluyendo a su hermano, el exlegislador Juan Antonio “Tony” Hernández, quien también fue condenado por tráfico de drogas en el mismo tribunal en 2019.
La condena representa una victoria importante para la estrategia de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) de apuntar a funcionarios públicos cuyo apoyo es crucial para los traficantes. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la colaboración pasada del gobierno estadounidense con el expresidente. Durante mucho tiempo, Hernández fue considerado un aliado clave de Estados Unidos en América Central, especialmente por la administración Trump, que estaba dispuesta a mirar hacia otro lado mientras el gobierno hondureño cumplía con su agenda migratoria.
La ascensión política de Hernández coincidió con la crisis de su país, ya que las rutas del narcotráfico se desplazaron de México y el Caribe hacia Honduras, inundando la nación con dinero fácil y convirtiéndola en una de las más peligrosas del mundo. A pesar de su retórica dura contra el crimen durante su campaña presidencial en 2013, Hernández no pudo evitar que Honduras se convirtiera en un punto clave en el tráfico de drogas.
La sentencia final se conocerá en los próximos días, y la historia de Juan Orlando Hernández quedará marcada por su papel en el oscuro mundo del narcotráfico.