Redacción
México.- Un nuevo informe coordinado por la Universidad de Glasgow y encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que el vapeo se ha convertido en una práctica más común que fumar cigarrillos entre los jóvenes. Según el informe, la popularidad del vapeo entre los adolescentes ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, con un aumento del 7.7% al 11.6% en el número de niños que experimentan con vapeadores entre 2022 y 2023, según datos de la organización benéfica antitabaco Ash.
La motivación principal de los jóvenes para probar el vapeo ha sido la curiosidad, influenciada por la promoción de los vapeadores en tiendas e Internet, así como la facilidad para acceder a ellos y la variedad de sabores disponibles. Sin embargo, el informe advierte sobre los numerosos riesgos para la salud asociados con el vapeo, especialmente entre los más jóvenes.
Durante la adolescencia, período crucial para el desarrollo del cerebro, la exposición a la nicotina presente en los vapeadores puede tener efectos duraderos y significativos. Los cerebros de los adolescentes son más sensibles a la nicotina, lo que puede aumentar la susceptibilidad a la adicción, impactar en el aprendizaje y la concentración, e incluso provocar problemas de salud mental.
Además de los efectos en el cerebro, el vapeo también conlleva riesgos para los pulmones y la salud en general. Las sustancias químicas presentes en los líquidos para vapear, así como los posibles contaminantes liberados durante el proceso de vapeo, pueden causar daños pulmonares graves y enfermedades respiratorias como la «pulmón de palomitas de maíz».
La preocupación se centra también en los ingredientes utilizados en los líquidos para vapear y los posibles riesgos asociados, como el diacetil, que puede causar problemas pulmonares graves cuando se inhala. A pesar de las regulaciones en ciertos países, como la próxima prohibición de los vapeadores desechables, se necesita un enfoque más amplio que incluya restricciones en los sabores dirigidos a los jóvenes, una verificación estricta de la edad para todas las ventas de vapeadores, y medidas para controlar la seguridad y la calidad de estos productos.
El informe destaca la importancia de abordar el vapeo como una preocupación de salud pública y la necesidad de medidas regulatorias más robustas para proteger a los jóvenes de los riesgos asociados con esta práctica. Además, hace un llamado a quienes consideran el vapeo como una forma de dejar de fumar para que comprendan los riesgos y busquen formas más seguras y efectivas de dejar el hábito tabáquico.