Japón –Japón podría enfrentar una escasez de casi un millón de trabajadores extranjeros en 2040, según una estimación realizada por un grupo de expertos respaldado por el Estado. La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) ha revelado que, al ritmo actual, se espera que 5.91 millones de extranjeros trabajen en Japón para 2040. Sin embargo, esta cifra sería insuficiente para alcanzar la fuerza laboral extranjera necesaria para mantener una tasa de crecimiento anual promedio prevista del 1.24%.
La brecha entre la oferta y la demanda de mano de obra extranjera ha aumentado significativamente desde la última estimación de JICA en 2022. Esta revisión se debe a un crecimiento económico más lento de lo esperado en países emisores de migrantes como Vietnam, Myanmar y Camboya.
Los trabajadores extranjeros son esenciales para la economía japonesa, ya que ayudan a paliar la grave escasez de mano de obra causada por el rápido envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad. En los últimos 15 años, el número de trabajadores extranjeros en Japón se ha más que cuadruplicado, alcanzando los 2.05 millones, lo que representa aproximadamente el 3% de la fuerza laboral total en octubre del año pasado.
Japón busca alternativas para aumentar la mano de obra extranjera
El gobierno japonés ha ampliado los permisos de visado de trabajo a varios sectores de trabajadores manuales y empleos cualificados, con el objetivo de tranquilizar a la opinión pública sobre la aceptación de la mano de obra inmigrante. Sin embargo, expertos advierten que Japón debe intensificar sus esfuerzos para seguir siendo competitivo en la carrera mundial por el talento. Factores como el debilitamiento de la moneda del yen, los salarios tradicionalmente bajos y los problemas de derechos humanos representan obstáculos significativos.
Para lograr sus objetivos de crecimiento económico, Japón necesitará implementar estrategias efectivas que atraigan y retengan a los trabajadores extranjeros. Este desafío es crucial para asegurar un futuro económico estable y próspero en medio de una población en declive.