Científicos chinos han lanzado una alarmante advertencia sobre el futuro de la meseta tibetana, conocida como el «techo del mundo». Según investigaciones recientes de la Academia China de Ciencias, más de la mitad de la masa glaciar de la meseta podría derretirse para finales de este siglo, con el consiguiente aumento de los niveles de agua en sus lagos, que podrían elevarse hasta 10 metros en algunas áreas.
La meseta tibetana es una región crucial para el continente asiático, ya que es la fuente de varios de los principales ríos de Asia, incluidos el Indo, el Ganges, el Mekong, el Yangtsé y el Amarillo. Estos ríos sustentan a millones de personas y son vitales para la agricultura, la pesca y otras actividades económicas en la región.
El informe señala que el calentamiento global ha provocado un aumento del 6% en la cantidad de pastizales y un 12% en la extensión de los bosques en los últimos 15 años. Sin embargo, estos cambios no están exentos de riesgos. Yao Tandong, uno de los principales investigadores, advirtió que la mayor vegetación, si bien podría ayudar a prevenir la desertificación, también conlleva un incremento en la probabilidad de fenómenos meteorológicos extremos. El cambio en la circulación de los monzones podría generar lluvias más intensas durante el verano, aumentando el riesgo de tormentas e inundaciones.
La situación es aún más preocupante cuando se considera la previsión de la Administración Meteorológica de China, que estima que la superficie total de los glaciares de la meseta tibetana podría reducirse en un 40% para 2050. Este drástico cambio podría desencadenar consecuencias graves no solo para la meseta, sino también para los países que dependen de sus recursos hídricos.
Los investigadores también destacaron la necesidad de una gestión más eficaz de los recursos hídricos en las naciones que rodean la meseta tibetana, ya que los cambios climáticos podrían provocar variaciones significativas en el suministro de agua. Además, en medio de sus estudios, el equipo científico ha descubierto más de 3,000 nuevas especies en la meseta y ha presentado pruebas que sugieren la actividad humana más temprana en la zona, datada en más de 190,000 años.
El futuro de la meseta tibetana y su impacto en Asia es incierto, y las advertencias de los científicos subrayan la urgencia de tomar medidas para mitigar el calentamiento global y adaptarse a los cambios que ya están en marcha.