El término «nini» se ha popularizado en la última década para referirse a los jóvenes que no estudian ni trabajan. Según el informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años en el mundo, es parte de este grupo. La problemática no solo afecta el desarrollo personal y profesional de los jóvenes, sino que también genera preocupación en términos de estabilidad económica y social.
El concepto “nini” tiene su origen en el término inglés NEET (Not in Employment, Education or Training), utilizado por primera vez en 1999 en un informe del gobierno británico para destacar la exclusión juvenil del empleo y la educación. Hoy en día, sigue siendo un tema relevante y de creciente preocupación, ya que la tasa mundial de jóvenes que no estudian ni trabajan es del 20.4%.
Factores preocupantes: desigualdad de género y precariedad laboral
El informe de la OIT destaca que las mujeres son las más afectadas por esta situación. Dos de cada tres jóvenes «ninis» son mujeres, lo que refleja una profunda brecha de género. Además, aunque el desempleo juvenil global ha disminuido, las condiciones laborales no mejoran en todas las regiones. En los Estados Árabes, Asia Oriental y el Pacífico, los índices de desempleo juvenil superan los niveles previos a la pandemia.
Gilbert F. Houngbo, director de la OIT, resalta que la falta de empleo decente para los jóvenes genera una creciente ansiedad, especialmente en una generación que está mejor formada que nunca. Los problemas se agravan en las economías de ingresos bajos, donde tres de cada cuatro jóvenes sólo encuentran trabajos informales o temporales.
Desafíos educativos y laborales
La OIT advierte que la competencia por empleos que requieren habilidades sociales y técnicas ha generado frustración entre los jóvenes, quienes perciben que una formación académica no es garantía de empleo estable. A pesar de que un 48% de jóvenes continúa sus estudios, la motivación ha disminuido debido a la falta de empleos adecuados.
Propuestas para mejorar el empleo juvenil
Para enfrentar estos desafíos, la OIT ha propuesto cuatro estrategias clave:
- Promover la inclusión laboral durante la educación para facilitar la transición de la escuela al trabajo.
- Crear políticas económicas dirigidas a jóvenes desfavorecidos socialmente, enfocadas en generar empleo y acceso a financiamiento para formación.
- Fomentar el espíritu empresarial juvenil y la cultura organizacional.
- Asegurar derechos laborales basados en normas internacionales para garantizar igualdad de oportunidades.
El futuro del empleo juvenil depende de la implementación de políticas integrales que promuevan la inclusión y ofrezcan igualdad de oportunidades para todos los jóvenes, en especial para las mujeres y aquellos en situaciones de vulnerabilidad.