Desde este viernes, Japón aplica una ley de tráfico que impone duras sanciones a los ciclistas que utilicen el teléfono móvil o conduzcan bajo los efectos del alcohol. Los infractores podrán enfrentar penas de hasta seis meses de prisión o multas de 100 mil yenes (aproximadamente 656 dólares) si se les sorprende usando el teléfono mientras montan en bicicleta. En caso de causar un accidente, la pena aumenta a un año de prisión o una multa de hasta 300 mil yenes (unos 1.970 dólares).
Esta nueva normativa endurece las restricciones y duplica las sanciones anteriores, que previamente alcanzaban los 50 mil yenes. De acuerdo con las comisiones locales de seguridad, esta medida es una respuesta a la creciente cantidad de accidentes ocasionados por distracciones. La Agencia Nacional de Policía nipona reportó que los incidentes relacionados con el uso del teléfono en bicicleta aumentaron en más de un 50 % en los últimos cinco años, pasando de 295 casos entre 2013 y 2017 a 454 en el siguiente período.
La ley también intensifica las sanciones por conducir en estado de ebriedad. Los ciclistas que superen un nivel de alcohol de 0,15 mg por litro de aire exhalado enfrentan hasta tres años de prisión o multas de 500 mil yenes. En casos más graves, aquellos cuya ebriedad los incapacite para circular podrían recibir hasta cinco años de prisión o multas de 1 millón de yenes, sin importar su tasa exacta de alcoholemia.
Un funcionario de la Agencia Nacional de Policía señaló a Kyodo que el incremento de estos accidentes podría estar vinculado al uso masivo de dispositivos móviles y a la creciente oferta de contenidos, como videos y juegos, que distraen a los ciclistas.
Japón espera que con la implementación de esta ley se reduzca el número de accidentes y se promueva un comportamiento responsable entre ciclistas, protegiendo tanto su seguridad como la de los peatones y automovilistas.