El asteroide 2024 PT5, una roca espacial de 10 metros que ha acompañado a la Tierra como una «miniluna» durante los últimos dos meses, está a punto de abandonar su cercanía al planeta. La separación ocurrirá este lunes, cuando la atracción gravitacional del Sol supere a la de la Tierra, empujando al asteroide a seguir su órbita en el sistema solar.
Descubierto en agosto de este año, 2024 PT5 no fue técnicamente una luna, ya que nunca quedó completamente atrapado por la gravedad terrestre ni entró en una órbita cerrada, según explicó la NASA. Sin embargo, su comportamiento, similar al de una miniluna, lo convirtió en un objeto de interés científico.
Un objeto bajo estudio
El asteroide, que podría ser un fragmento desprendido de la Luna tras el impacto de otro asteroide, fue identificado por los astrofísicos españoles Raúl y Carlos de la Fuente Marcos de la Universidad Complutense de Madrid. Los investigadores, en colaboración con telescopios en las Islas Canarias, han realizado cientos de observaciones para entender mejor su trayectoria y composición.
Actualmente, el asteroide se encuentra a más de 3.5 millones de kilómetros de la Tierra, demasiado lejos y pequeño para ser observado sin equipos avanzados. En enero de 2025, regresará a una distancia de 1.8 millones de kilómetros, aproximadamente cinco veces la distancia entre la Tierra y la Luna, antes de alejarse nuevamente.
Preparativos para su próxima visita
Durante su acercamiento en enero, el asteroide será monitoreado por la antena de radar del sistema solar Goldstone, ubicada en el desierto de Mojave, California. Este seguimiento, liderado por la NASA, permitirá obtener datos precisos sobre su tamaño, forma y composición, aportando valiosa información sobre este tipo de objetos.
A diferencia de su paso reciente, el asteroide se moverá a más del doble de velocidad, impidiendo que quede temporalmente atrapado por la gravedad terrestre. Según las proyecciones actuales, el 2024 PT5 volverá a acercarse a la Tierra en 2055, cuando podría realizar otra vuelta parcial alrededor del planeta.
El estudio de este asteroide ofrece una oportunidad única para entender mejor las dinámicas de los objetos cercanos a la Tierra, su origen y su comportamiento, en un momento en que la exploración espacial busca anticipar posibles riesgos y aprovechar las posibilidades que estos cuerpos celestes representan.