El Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5), convocado para alcanzar un tratado legalmente vinculante que reduzca la contaminación por plásticos, finalizó este lunes en Busan, Corea del Sur, sin lograr un acuerdo definitivo. La falta de consenso entre más de 3,300 delegados de 170 países obliga a posponer las conversaciones hasta 2025.
El principal obstáculo fueron las diferencias entre dos grandes coaliciones. Un bloque liderado por la Unión Europea y otros 70 países, incluidos ocho de Latinoamérica, defendió limitar la producción de polímeros primarios, base de los plásticos de un solo uso. En contraste, Arabia Saudí, Rusia, Irán, China y otros aliados abogaron por centrarse únicamente en la gestión de residuos y el reciclaje para proteger sus industrias petroleras.
Aunque el encuentro no logró cerrar un tratado, sí resultó en la aprobación de un «texto del presidente», redactado por el ecuatoriano Luis Vayas, que servirá como base para futuras negociaciones. “Nuestro mandato siempre ha sido ambicioso, pero la ambición tarda en materializarse. Busan nos ha situado firmemente en el camino del éxito”, declaró Vayas.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señaló que las conversaciones han permitido un mayor grado de convergencia en los elementos clave del tratado. Sin embargo, admitió que persisten diferencias críticas que requerirán más tiempo para resolverse.
Grupos ambientalistas, como WWF, expresaron su decepción ante la falta de medidas concretas en los borradores, criticando la ausencia de prohibiciones globales para ciertos productos plásticos de alto riesgo y sustancias químicas dañinas.
El INC-5 es la más reciente de una serie de negociaciones iniciadas en 2022 y representa un paso más hacia un compromiso global. Sin embargo, la falta de consenso subraya la complejidad de equilibrar intereses ambientales y económicos en un problema que afecta a la salud del planeta.