El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) informó sobre la detención de 538 migrantes indocumentados en una operación que las autoridades han calificado como «la mayor deportación masiva de la historia». Entre los detenidos se encuentra un «presunto terrorista» y cuatro miembros de la banda criminal venezolana Tren de Aragua, según el comunicado oficial.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, compartió detalles en la red social X, subrayando que algunos de los detenidos están condenados por delitos sexuales contra menores. «Los vuelos de deportaciones han comenzado», destacó, acompañando la declaración con imágenes de nueve migrantes esposados y escoltados hacia una aeronave militar.
«Promesas cumplidas»
Desde su campaña, el presidente Donald Trump había prometido tomar medidas drásticas contra la migración irregular. Ahora, su administración asegura estar cumpliendo con esa promesa. «Si ingresa ilegalmente a los Estados Unidos de América, enfrentará severas consecuencias», señaló el mandatario en un mensaje compartido por Leavitt en X, junto con fotografías de las operaciones de deportación.
Hasta ahora, el ICE ha cursado 373 solicitudes de retención por deportación a otras fuerzas de seguridad. Además, las autoridades han comenzado a usar aviones militares para ejecutar estas medidas, lo que marca un enfoque más agresivo en la gestión de la migración irregular.
Críticas y preocupaciones
Aunque las acciones han sido aplaudidas por sectores conservadores, grupos defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por la retórica utilizada por el gobierno, que califica a los migrantes como «delincuentes inmigrantes ilegales». Expertos advierten que estos términos pueden generar estigmatización y fomentar divisiones sociales.
Asimismo, activistas han pedido mayor transparencia en los procesos legales y en la identificación de los detenidos, exigiendo que se respeten los derechos humanos durante las deportaciones. La operación masiva plantea preguntas sobre el impacto que tendrán estas políticas en las comunidades migrantes y en la relación de Estados Unidos con sus países vecinos.
Un mensaje contundente
Con este tipo de medidas, la administración de Trump busca enviar un mensaje claro: el ingreso irregular al país será tratado con todo el peso de la ley. Sin embargo, el debate en torno a la migración continúa siendo un tema polarizante en el ámbito político y social de Estados Unidos.