Un equipo de científicos de la NASA ha revelado un hallazgo que podría reconfigurar nuestra comprensión sobre la historia climática de Marte: la presencia abundante de siderita, un mineral de carbonato de hierro, en muestras de roca perforadas por el rover Curiosity en el cráter Gale. Este descubrimiento ofrece nuevas y contundentes pruebas de que Marte fue, en algún momento remoto, un planeta con temperaturas más cálidas, una atmósfera más densa y grandes masas de agua líquida en su superficie.
La siderita fue detectada en perforaciones realizadas entre 2022 y 2023 en tres ubicaciones del cráter Gale, una vasta cuenca de impacto con una prominente montaña central, formada hace aproximadamente 3,500 millones de años. Las muestras analizadas contenían hasta un 10.5% de este mineral en peso, según el equipo del Mars Science Laboratory.
La presencia de minerales carbonatados como la siderita sugiere que en algún punto Marte tuvo una atmósfera rica en dióxido de carbono. Este gas, fundamental para el efecto invernadero, habría permitido condiciones cálidas y húmedas capaces de sustentar cuerpos de agua como lagos, ríos e incluso océanos, ambientes propicios para la vida microbiana.
«Uno de los misterios más antiguos de la evolución planetaria marciana ha sido la escasez de minerales carbonatados, a pesar de que los modelos predicen su abundancia», explicó Benjamin Tutolo, geoquímico de la Universidad de Calgary y autor principal del estudio publicado en la revista Science. “Este hallazgo responde a esa incógnita y sugiere que una parte significativa del dióxido de carbono perdido está atrapado en rocas marcianas.”
Edwin Kite, científico planetario de la Universidad de Chicago y coautor del estudio, subrayó la relevancia del hallazgo: “El cambio de Marte, de un planeta más habitable a uno árido y estéril, representa la mayor catástrofe medioambiental conocida. Aún no entendemos por qué ocurrió, pero este nuevo depósito de carbono nos da una pista crucial.”
Debido a que se han identificado rocas similares en otras regiones del planeta, los científicos sospechan que los minerales carbonatados podrían estar mucho más extendidos de lo que se creía, ocultando en su interior las huellas químicas de un Marte más cálido, húmedo y potencialmente habitable.