Un conjunto de restos óseos pertenecientes a la megafauna del Pleistoceno tardío fue recuperado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el municipio de Tula, tras una oportuna denuncia ciudadana que alertó sobre la presencia de huesos fósiles en una pared de arroyo.
El hallazgo, registrado entre el 17 y 18 de abril de 2025, fue atendido por un equipo encabezado por la directora del Centro INAH Tamaulipas, Tonantzin Silva Cárdenas, junto con el biólogo Ángel Banda Ortiz y los arqueólogos Esteban Ávalos Beltrán y Hugo Fernández Ramírez. Gracias a su pronta intervención, se evitó que los restos fueran saqueados o dañados.
Entre los fósiles recuperados se encuentra un coxal de proboscidio, posiblemente de un mamut o mastodonte, así como una mandíbula con dientes de camélido y un molar superior de équido, según explicó el biólogo Banda Ortiz. El área del descubrimiento, compuesta por sedimentos de un depósito aluvial, favoreció la conservación de estos restos que, según estimaciones preliminares, tienen una antigüedad de al menos 10 mil años.
Los fósiles fueron trasladados a la Sección de Arqueología del Centro INAH Tamaulipas, en Ciudad Victoria, donde se encuentran en proceso de limpieza y restauración. Este trabajo permitirá precisar dimensiones, especies, contexto temporal y asociaciones con otros hallazgos paleontológicos en la región.
Para la arqueóloga Tonantzin Silva, este hallazgo representa un caso exitoso de colaboración entre sociedad civil, autoridades locales e investigadores. “Hacemos un llamado a la ciudadanía a notificar cualquier hallazgo arqueológico o paleontológico al INAH, para garantizar su adecuada protección e investigación”, concluyó.
El descubrimiento refuerza la riqueza paleontológica del noreste mexicano y abre nuevas líneas de investigación sobre la fauna extinta que habitó el territorio durante la última glaciación.