Los hijos de padres divorciados enfrentan consecuencias significativas en su vida adulta si la separación ocurre cuando son menores de cinco años, según un nuevo estudio publicado este mes por economistas de la Universidad de California, Merced; la Oficina del Censo de Estados Unidos; y la Universidad de Maryland.
El estudio revela que los niños que experimentan un divorcio parental en edad temprana tienen ingresos 13 % menores al llegar a los 27 años, además de mayores probabilidades de embarazo adolescente, encarcelamiento y muerte prematura. Estos efectos desaparecen o se reducen si la separación ocurre después de los 15 años, y prácticamente no hay impacto si el divorcio se da cuando los hijos ya son adultos.
Los investigadores vincularon información de registros fiscales federales, el Seguro Social y la Oficina del Censo para rastrear la vida de todos los niños nacidos en Estados Unidos entre 1988 y 1993. El enfoque comparó incluso a hermanos, permitiendo analizar cómo la duración de la convivencia con padres juntos influía en sus resultados futuros.
El documento destaca que el divorcio infantil no solo implica una disolución legal, sino una serie de transformaciones estructurales: reducción drástica del ingreso familiar, mudanza a vecindarios con menos oportunidades y menor presencia de uno de los padres debido a la distancia física o la necesidad de trabajar más para compensar la pérdida económica.
Estos tres factores —menores recursos financieros, menor calidad del entorno y distanciamiento parental— explican entre el 25 % y el 60 % de los efectos adversos observados, según los autores.
“En lugar de un evento aislado, el divorcio infantil debe entenderse como un proceso complejo que reconfigura la vida familiar y tiene impactos duraderos”, señalan los economistas.
Actualmente, casi un tercio de los niños estadounidenses experimentan el divorcio de sus padres antes de llegar a la adultez. Si bien figuras públicas como el expresidente Barack Obama o el vicepresidente JD Vance —quien ha criticado la facilidad del divorcio— son ejemplo de éxito pese a estas circunstancias, los datos reflejan tendencias preocupantes a nivel general.
El sociólogo Philip Cohen, de la Universidad de Maryland, quien no participó en el estudio, advierte que si bien los datos muestran efectos económicos y sociales claros, no es posible saber cómo habría sido la vida de esas familias si hubieran permanecido unidas. “Los padres toman decisiones difíciles con base en lo que creen mejor para sus hijos, incluso si eso implica separarse”, puntualizó.
Durante los últimos 15 años, la tasa de divorcio en EE.UU. ha disminuido —de más del 10 % en 2008 a cerca del 7 % en 2022—, pero sus efectos siguen siendo objeto de análisis y debate entre expertos, padres y legisladores. La nueva investigación, al basarse en grandes volúmenes de datos oficiales, ofrece una mirada más precisa y profunda sobre las implicaciones reales del divorcio en la infancia temprana.