World Boxing, la recién reconocida federación internacional que regulará el boxeo en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, anunció este viernes que todos los boxeadores mayores de 18 años deberán someterse a una prueba genética obligatoria para determinar su sexo biológico, como requisito de elegibilidad en sus competiciones.
La decisión ha provocado polémica inmediata, especialmente porque la campeona olímpica de peso wélter femenino, la argelina Imane Khelif, ha sido excluida de toda competición organizada por World Boxing hasta que se someta a dicho examen, según confirmó el organismo en un comunicado.
La federación informó que la prueba genética será una PCR específica para detectar el gen SRY, ubicado en el cromosoma Y, común en varones biológicos. Este examen puede realizarse mediante hisopado nasal o bucal, saliva o muestra de sangre.
«World Boxing se compromete a garantizar la equidad en la competencia entre hombres y mujeres. Por ello, los exámenes de sexo biológico son un componente esencial de nuestras normas de elegibilidad», indicó el organismo, que ha sido recientemente respaldado de forma provisional por el Comité Olímpico Internacional (COI), luego del retiro del reconocimiento a la controvertida IBA (Asociación Internacional de Boxeo).
Imane Khelif, quien fue excluida del Mundial de Nueva Delhi en 2023 por la IBA tras detectarse que poseía cromosomas XY, fue autorizada a competir en los Juegos Olímpicos de París 2024 bajo los criterios del COI, los cuales evalúan niveles hormonales más que el sexo cromosómico. Khelif ganó el oro en esa justa, luego de haber participado también en Tokio 2020.
De acuerdo con el expediente del COI, Khelif fue descalificada por “niveles elevados de testosterona” en eventos anteriores, pero no por su condición cromosómica. Cabe destacar que el COI no reconoce a la IBA, entonces presidida por el ruso Umar Kremlev, y ha dejado en manos de federaciones independientes como World Boxing la organización del deporte olímpico.
Con esta nueva política, World Boxing establece un precedente en el debate internacional sobre sexo, identidad de género y equidad deportiva, en un contexto en el que cada vez más disciplinas enfrentan decisiones complejas sobre la inclusión y la competencia justa.
La boxeadora argelina aún no ha emitido declaraciones públicas sobre la medida ni ha confirmado si se someterá a la prueba para poder volver a competir bajo la jurisdicción de World Boxing.