El impacto del cambio climático en la Antártida está siendo más devastador de lo que se pensaba. Un nuevo estudio revela que la población de pingüinos emperadores ha disminuido en un 22% en apenas 15 años, una cifra alarmante que representa una caída 50% mayor a lo estimado anteriormente.
La investigación, publicada en la revista Nature Communications: Earth & Environment, analizó colonias ubicadas en la península Antártica y en los mares de Weddell y de Bellingshausen. Peter Fretwell, del British Antarctic Survey (BAS) y líder del estudio, calificó los hallazgos como “una imagen realmente deprimente del cambio climático”, pero insistió en que aún hay esperanza si se actúa de forma urgente.
Según el estudio, las anteriores estimaciones —basadas en modelos informáticos— apuntaban a una disminución del 9.5% entre 2009 y 2018. Sin embargo, la pérdida real es mucho más grave. La causa principal es el adelgazamiento y colapso del hielo marino, donde los pingüinos emperadores (Aptenodytes forsteri) crían a sus polluelos durante los gélidos meses del invierno austral.
“El hielo simplemente no es lo suficientemente fuerte ni estable”, explicó Fretwell. En años recientes, algunas colonias han visto morir a todos sus polluelos, que caen al mar antes de desarrollar las plumas impermeables necesarias para sobrevivir. “No es la pesca. No es la contaminación. Es el calentamiento del hielo: puro cambio climático”, añadió el especialista.
Los pingüinos emperadores dependen totalmente del hielo para su reproducción. Cada pareja cría a un solo polluelo, que nace en pleno invierno y es mantenido caliente por el macho mientras la hembra busca alimento durante meses. El éxito reproductivo depende de que el hielo se mantenga firme hasta que los polluelos desarrollen plumaje resistente, lo que ocurre normalmente en diciembre.
En 2020 se estimaban alrededor de 250 mil parejas reproductoras, todas en la Antártida. Con base en los nuevos datos, los científicos temen que muchas colonias podrían desaparecer antes de fin de siglo, especialmente si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Fretwell indicó que los pingüinos podrían desplazarse hacia el sur, donde las temperaturas son más bajas, pero no está claro si eso garantizará su supervivencia a largo plazo. Modelos anteriores ya proyectaban un escenario de extinción para finales de siglo, y este estudio sugiere que esas proyecciones podrían haberse quedado cortas.
“Probablemente vamos a perder a muchos pingüinos emperadores en el camino”, advirtió el investigador. “Pero si la humanidad actúa ahora, si reducimos nuestras emisiones, aún podemos salvarlos”.
Este hallazgo subraya la urgente necesidad de tomar medidas globales para frenar el calentamiento planetario, pues incluso los rincones más remotos del mundo ya están pagando el precio de la inacción climática.