Las enfermedades no transmisibles —como la diabetes, el cáncer y los males cardiovasculares— junto con los trastornos de salud mental no tratados, se han convertido en la mayor crisis sanitaria y económica que enfrenta Sudamérica, reveló un informe conjunto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Universidad de Harvard.
Titulado “Una gran tormenta acecha en el horizonte”, el estudio estima que estos padecimientos costarán a la región más de 7.3 billones de dólares entre 2020 y 2050, producto de la pérdida de productividad, el gasto en atención médica y el aumento de la discapacidad. “No es solo una cifra abstracta. Es el equivalente a todo el PIB anual de América Latina y el Caribe”, advirtió Jarbas Barbosa, director de la OPS. “Esta no es solo otra crisis de salud. Es una emergencia económica”.
El informe detalla que países como Uruguay podrían enfrentar pérdidas por 88 mil millones de dólares, mientras que en Brasil la cifra podría alcanzar los 3.7 billones. En algunos casos, las pérdidas anuales equivalen hasta al 4.5% del PIB nacional.
En 2021, seis millones de muertes en las Américas fueron atribuidas a enfermedades no transmisibles. Casi el 40% de estas muertes fueron prematuras, es decir, en personas menores de 70 años, y más de la mitad obedecieron a enfermedades cardiovasculares y cáncer.
“Estas no son solo estadísticas de salud. Son señales de alerta fiscal”, afirmó Barbosa. El impacto se agrava por la falta de control: solo el 36% de los hipertensos y el 57.7% de los diabéticos reciben tratamiento efectivo.
Salud mental: un costo silencioso pero devastador
El asesor regional en salud mental de la OPS, Matías Irarrázaval, subrayó que los trastornos mentales triplican el riesgo de abandono de tratamientos médicos, además de que las personas con enfermedades psiquiátricas graves mueren entre 10 y 20 años antes que el resto de la población.
Irarrázaval estimó que los países de ingreso medio pierden hasta el 4% de su PIB por problemas de salud mental no atendidos. “La pregunta ya no es si los países pueden permitirse invertir en salud mental. Es si pueden permitirse no hacerlo”, afirmó.
Un llamado a redoblar la inversión en salud pública
David Bloom, profesor de Harvard y autor principal del informe, criticó que los gobiernos subestimen el valor económico de la salud. “La salud no solo mejora vidas, también impulsa la productividad, la inversión y el desempeño económico”, señaló. Recomendó que las inversiones en salud se prioricen por costo-efectividad, privilegiando la prevención, el tratamiento oportuno y la atención primaria.
Según Silvana Luciani, jefa de la Unidad de Enfermedades No Transmisibles de la OPS, hay intervenciones clave —conocidas como best buys— que cuestan entre 1.50 y 3 dólares por persona, pero devuelven entre 2 y 3 dólares por cada dólar invertido. Estas incluyen reducción del tabaquismo, promoción de actividad física y atención médica integral.
La región enfrenta además un crecimiento acelerado del envejecimiento poblacional, lo que incrementará la carga de enfermedades crónicas. Desde el año 2000, la obesidad en adultos ha aumentado 67.5%, la diabetes 53.6% y la inactividad física 24.1%. Actualmente, el 67.5% de los adultos en las Américas tiene sobrepeso, muy por encima del promedio mundial (43.5%).
OPS pide elevar gasto público en salud
La OPS instó a los países a aumentar el gasto público en salud del 4.1% actual del PIB a al menos el 6%, destinando el 30% de ese total a atención primaria. “Es ahí donde se diagnostican y tratan de forma más efectiva las enfermedades crónicas y mentales”, afirmó Barbosa.
A pesar del panorama alarmante, la OPS sostiene que aún es posible revertir la tendencia. “Necesitamos políticas audaces, coordinadas y basadas en evidencia. El momento de actuar es ahora”, concluyó Barbosa.