Una noche de sueño profundo no solo revitaliza el cuerpo, sino que también actúa como un sistema de limpieza cerebral, eliminando toxinas acumuladas durante el día. Así lo ha revelado un reciente estudio publicado en la revista Cell Press, que detalla cómo el sueño profundo activa un proceso vital para la salud del cerebro.
El cerebro humano cuenta con un sistema de eliminación de residuos conocido como sistema glinfático, que durante el sueño profundo utiliza una molécula llamada norepinefrina para expulsar toxinas. Este sistema, comparable a un «lavavajillas nocturno», como lo describe la investigadora Maiken Nedergaard, de la Universidad de Rochester y la Universidad de Copenhague, ayuda a prevenir la acumulación de proteínas tóxicas relacionadas con trastornos neurológicos.
El estudio, realizado en ratones, descubrió que durante el sueño profundo, el tronco encefálico libera oleadas de norepinefrina que contraen los vasos sanguíneos, creando pulsaciones rítmicas que promueven la eliminación de desechos. Sin embargo, el uso de somníferos como zolpidem podría alterar este proceso. Los ratones que recibieron este fármaco mostraron una disminución del 50% en las oleadas de norepinefrina y una reducción del 30% en el transporte de fluidos al cerebro.
«Es crucial entender si el sueño inducido por medicamentos es realmente saludable», advierte Natalie Hauglund, coautora del estudio. Estos hallazgos podrían ser clave para comprender cómo el sueño insuficiente contribuye a enfermedades como el Alzheimer, y subrayan la importancia de un descanso natural y reparador.
Con más investigación, estos descubrimientos podrían revolucionar nuestra comprensión del sueño y su papel en la salud cerebral, ofreciendo nuevas estrategias para mejorar la calidad del sueño en humanos.