La epidemia de obesidad en México sigue en ascenso y amenaza con convertirse en uno de los principales desafíos de salud pública del país. El Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud reportó que, hasta la semana 37 de 2025 (corte al 17 de septiembre), se habían atendido 491,979 personas por obesidad, lo que representa un aumento de 5.7% respecto al mismo periodo de 2024.
De ese total, 323,045 son mujeres y 168,934 hombres, una brecha de casi el doble que refleja desigualdades de género en la atención, aunque los especialistas advierten que la diferencia no siempre se refleja con la misma magnitud en encuestas nacionales como la ENSANUT 2023.
Consumo excesivo desde la infancia
El panorama resulta aún más preocupante cuando se observan los hábitos de consumo desde edades tempranas:
- Niños de 1 a 4 años: 80.6% consume bebidas azucaradas y 54.8% botanas o dulces.
- Escolares de 5 a 11 años: 86.1% toma refrescos y 55.9% come botanas no recomendables.
- Adolescentes de 12 a 19 años: 38.1% padece sobrepeso u obesidad; 90.6% consume refrescos habitualmente, más que agua (83.2%).
- Adultos de 20 años y más: 76.2% tiene sobrepeso u obesidad; 73% consume bebidas edulcoradas.
Estos datos confirman que los ultraprocesados y refrescos forman parte central de la dieta, lo que alimenta una espiral de enfermedades crónicas.
Mortalidad en aumento
La obesidad ya no solo es un factor de riesgo, sino una causa directa de muerte. El INEGI estima que entre 2020 y 2024 fallecieron 10,186 personas directamente por obesidad y trastornos de hiperalimentación, un promedio de 2,037 muertes anuales, cifra 58% mayor a la del periodo 2015-2019.
El crecimiento de esta mortalidad directa evidencia que el problema ha dejado de ser solo clínico: se ha consolidado como un problema social y estructural que presiona al sistema de salud mexicano.
Desigualdades territoriales y de género
Las cifras muestran concentraciones alarmantes en entidades como Estado de México, Ciudad de México y Jalisco, donde se registran decenas de miles de casos atendidos en una sola semana. La disparidad territorial evidencia la influencia de factores socioeconómicos, culturales y ambientales en la propagación del problema.
Impuesto a bebidas azucaradas y ultraprocesados
Ante este escenario, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 incluye la propuesta de incrementar el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) en bebidas azucaradas y alimentos de alto contenido calórico.
La evidencia muestra que estos impuestos reducen el consumo, aunque no son suficientes para frenar por sí solos una epidemia de tal magnitud. Expertos coinciden en que se requiere una estrategia integral, que combine medidas fiscales, educación nutricional, regulación de publicidad nociva y políticas urbanas que promuevan la actividad física.
Un desafío de Estado
La obesidad en México se ha convertido en un problema de seguridad sanitaria y social de primer orden. Su avance constante, la mortalidad creciente y la presión sobre los servicios médicos obligan a replantear las políticas públicas.
El reto es enorme: garantizar acceso a alimentos saludables, generar entornos más activos y construir una cultura de prevención. Porque lo que está en juego no es solo la salud de millones de mexicanos, sino el futuro mismo del sistema de salud y el bienestar colectivo.