Este 10 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha para reflexionar sobre la importancia del bienestar emocional y la urgencia de atender los trastornos mentales que afectan a millones de personas.
En México, la realidad es preocupante: 14 por ciento de la población ha experimentado depresión o ansiedad en el último año, de acuerdo con un informe de la Cámara de Diputados. Entre los principales factores que agravan el problema destacan el ritmo acelerado de vida, el estrés laboral, la inseguridad económica y el impacto de las redes sociales.
Además, la pandemia de COVID-19 dejó una huella profunda en la salud emocional, incrementando los niveles de ansiedad, soledad y fatiga mental no solo en México, sino en todo el mundo.
Falta de atención y rezago estructural
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que en los países de ingresos bajos y medianos, más del 75 por ciento de las personas con trastornos mentales no recibe tratamiento adecuado, perpetuando el sufrimiento y la exclusión social.
En el caso de México, la Ley General de Salud reconoce la salud mental como un derecho humano, y en 2022 se impulsó una reforma para fortalecer la atención comunitaria, reducir las internaciones prolongadas y promover modelos de acompañamiento más humanos.
Asimismo, se creó el Consejo Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), encargado de coordinar políticas públicas interinstitucionales para atender el problema desde una perspectiva integral.
Por su parte, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación amplió su cobertura para incluir la salud mental, con el objetivo de eliminar las barreras sociales y económicas que impiden el acceso a la atención.
Invertir y sensibilizar: los grandes retos
El informe legislativo enfatiza la necesidad de aumentar la inversión en salud mental, capacitar a los profesionales, mejorar la infraestructura comunitaria y derribar el estigma que aún rodea estos padecimientos.
Especialistas subrayan que la educación y la sensibilización pública son esenciales para que más personas se sientan seguras al buscar ayuda, sin miedo al juicio o la discriminación.
El Día Mundial de la Salud Mental no solo es un llamado a la empatía y la reflexión, sino también una exhortación urgente a gobiernos, instituciones y sociedad civil para construir sistemas de atención accesibles, inclusivos y basados en derechos humanos.
Porque cuidar la mente —afirman los expertos— también es cuidar la vida.