La precariedad laboral en México se profundiza. En lo que va de 2025, más de un millón de personas han perdido sus empleos con prestaciones, mientras crecen los trabajos sin derechos ni seguridad social, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al comparar el periodo enero-septiembre de 2025 con el mismo lapso de 2024, la población ocupada con prestaciones —sin contar acceso a instituciones de salud— cayó en un millón de personas, mientras que los trabajadores sin ninguna cobertura patronal aumentaron en 1.43 millones.
El Inegi advierte que este descenso en empleos formales es el más pronunciado desde 2020, cuando la pandemia de COVID-19 golpeó la economía mexicana y hundió al mercado laboral.
En contraste, el número de empleados sin acceso a servicios de salud alcanzó 17.79 millones al cierre de septiembre, es decir, uno de cada tres trabajadores del país carece de seguridad social. Esta cifra es la más alta desde que hay registros, en 2005, pues tan sólo este año se sumaron 786 mil personas más a esta condición de vulnerabilidad.
Mientras tanto, los trabajadores que sí cuentan con acceso a instituciones de salud sumaron 23.5 millones, una cifra que representa una disminución de más de 535 mil personas en lo que va del año.
La ENOE también destaca que los empleos con jornadas reducidas —de entre 15 y 34 horas semanales— fueron los que más crecieron, con 9.6% de incremento, seguidos por los de menos de 15 horas, que aumentaron 7.79%. En cambio, las jornadas de más de 48 horas cayeron 6.3%, reflejando una tendencia hacia trabajos temporales o de medio tiempo, muchas veces sin contrato.
La falta de prestaciones implica renunciar a derechos laborales básicos como el Seguro Social, vacaciones pagadas, aguinaldo, prima vacacional o aportaciones para la jubilación e Infonavit, lo que deja a millones de trabajadores sin red de protección ante emergencias o el retiro.
De esta forma, el sector informal vuelve a consolidarse como el mayor empleador del país, alcanzando en 2025 su tercer nivel más alto de generación de empleo desde 2005, lo que refleja una preocupante realidad: en México, tener trabajo ya no garantiza estabilidad ni bienestar.