En México, la diabetes se ha convertido en una de las mayores amenazas a la salud pública, al afectar a uno de cada seis adultos, lo que equivale a más de 13.5 millones de personas, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF).
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la enfermedad ya representa la segunda causa de muerte tanto en hombres como en mujeres, con más de 81 mil fallecimientos al año. La prevalencia nacional alcanza el 16.4 %, una de las más altas de América Latina.
La diabetes tipo 2, la forma más común, está estrechamente relacionada con malos hábitos alimenticios, sobrepeso, falta de actividad física y altos niveles de estrés, además de factores genéticos y el envejecimiento de la población. Estas condiciones han impulsado un incremento sostenido en los casos, alertan los expertos.
Aumentan los casos entre jóvenes
Aunque durante décadas la enfermedad se consideraba propia de personas mayores de 40 años, cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados. Médicos y nutriólogos atribuyen este fenómeno al consumo de comida ultraprocesada, las jornadas laborales extensas, la falta de sueño y el estrés constante, factores que alteran el metabolismo y elevan el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.
La diabetes suele avanzar de manera silenciosa en sus primeras etapas, lo que dificulta su detección. Cuando los síntomas se hacen evidentes —como sed excesiva, cansancio, hambre constante o visión borrosa—, el daño en órganos vitales como el corazón, los riñones o los ojos ya puede ser considerable.
Prevención y detección temprana, las claves
Los especialistas coinciden en que la prevención es la herramienta más efectiva para frenar el avance de la enfermedad. Recomiendan mantener un peso saludable, realizar actividad física al menos 30 minutos diarios, aumentar el consumo de frutas, verduras y granos integrales, y evitar bebidas azucaradas o alimentos con alto contenido calórico.
También subrayan la importancia de chequeos médicos regulares a partir de los 35 años, o antes si existen factores de riesgo como antecedentes familiares, sobrepeso o sedentarismo. La detección temprana permite controlar la glucosa y evitar complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, neuropatías o ceguera.
Dormir bien es otro componente clave: un descanso de 7 a 8 horas diarias ayuda al equilibrio hormonal y mejora la respuesta del cuerpo a la insulina.
Hacia una cultura de salud preventiva
Ante el avance de la diabetes en el país, expertos en salud pública llaman a impulsar una cultura de prevención desde edades tempranas, mediante educación nutricional, espacios para la actividad física y campañas de concientización sobre la importancia de las revisiones médicas periódicas.
La diabetes no distingue edad ni condición social, pero detectarla a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia. En palabras de los especialistas, cada acción preventiva es una oportunidad para salvar vidas y mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos.