México dio un paso decisivo hacia su consolidación como potencia científica. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció la firma de un acuerdo histórico de colaboración con el Centro de Supercómputo de Barcelona, que permitirá que, desde enero, especialistas mexicanos accedan a una de las diez supercomputadoras más poderosas del planeta para analizar información estratégica y fortalecer políticas públicas en áreas clave como meteorología, prevención de desastres, inteligencia artificial e infraestructura científica.
“Contar con este instrumento para procesar millones de datos que permitan mejorar las políticas públicas es fundamental para consolidar la soberanía”, sostuvo la mandataria durante la conferencia presidencial, donde además adelantó que la próxima semana será presentado el proyecto de la supercomputadora mexicana más grande de América Latina, pieza central para cumplir el compromiso sexenal de convertir al país en una potencia científica y tecnológica.
La secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz, explicó que este acuerdo permitirá avances significativos en investigación científica, formación de especialistas, transferencia tecnológica e innovación. Subrayó que esta alianza impulsará las capacidades nacionales en cómputo de alto rendimiento e inteligencia artificial, áreas estratégicas para el desarrollo global.
Entre los beneficios inmediatos, Ruiz destacó el intercambio de conocimientos y buenas prácticas de gestión, así como el acceso a la experiencia del centro español en operación y sostenibilidad de infraestructura de supercómputo. Mientras tanto, el convenio permitirá a México procesar de manera masiva y ágil datos críticos, incluso antes de que concluya la construcción de su propio centro.
Sheinbaum enfatizó que la supercomputadora mexicana será un recurso abierto para el desarrollo del país: “Debe estar al servicio de la gente, de la investigación científica, de los gobiernos federal y estatales, y también de la iniciativa privada que quiera innovar. Es fundamental que exista un centro público que fortalezca la soberanía tecnológica”.
Durante su intervención, Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Centre, destacó el impacto económico que el supercómputo ha generado en España durante dos décadas. Señaló que modelos desarrollados en el centro han permitido a empresas como Repsol diseñar estrategias más efectivas para la extracción de hidrocarburos, aumentando su eficiencia y beneficios. En el caso del Golfo de México, estas herramientas representaron centenares de millones de euros en ganancias para la compañía.
El vínculo entre México y el centro de Barcelona no es nuevo. Valero recordó que han colaborado en el desarrollo de un modelo de análisis del impacto de sismos en el territorio mexicano, un proyecto de tal precisión que obtuvo un premio internacional.
Con esta alianza estratégica y la próxima presentación de la supercomputadora más potente de América Latina, México se posiciona en la vanguardia del conocimiento científico y tecnológico. La transformación digital del país avanza aceleradamente, cimentando un futuro donde la ciencia y la innovación serán pilares del desarrollo nacional.