México volvió a brillar en el escenario internacional. La tabasqueña Fátima Bosch se coronó Miss Universo 2025 en una gala celebrada en Tailandia, convirtiéndose en la cuarta mexicana en obtener el título, después de Lupita Jones (1991), Ximena Navarrete (2010) y Andrea Meza (2021). Su triunfo, celebrado entre orgullo y emoción, también estuvo acompañado de fuertes cuestionamientos y una ola de polémicas que marcaron esta edición del certamen.
Bosch, de 25 años, se posicionó como una de las favoritas luego de alzar la voz ante un maltrato público cometido por Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Grand International y directivo regional de Miss Universo en Asia. El incidente, transmitido en vivo, generó indignación global y convirtió a la representante mexicana en un símbolo de firmeza y autocuidado. Desde entonces, la joven enfatizó durante toda su participación la importancia de hacerse escuchar.
Durante la ronda final, la pregunta decisiva fue clara y desafiante: “¿Cuáles son los retos de ser una mujer en 2025 y cómo usarías el título de Miss Universo para crear un espacio seguro para las mujeres?” La mexicana respondió con un mensaje poderoso que conectó con la audiencia:
“Como mujer y como Miss Universo, pondré mi voz y mi poder al servicio de los demás… las valientes que se levantan son las que harán historia.”
Su discurso resonó profundamente y la impulsó hacia el triunfo, sorprendente para muchos especialistas que veían como favoritas a las delegadas de Tailandia, Costa de Marfil y Filipinas.
Celebraciones en México y el mundo
En Tabasco, su estado natal, miles de personas se reunieron en el estadio Centenario, donde se transmitió la final en pantallas gigantes y la victoria desató gritos, lágrimas y abrazos. En redes sociales, equipos deportivos, celebridades, instituciones y figuras políticas expresaron su orgullo.
“Celebramos con el corazón lleno de orgullo a Fátima Bosch… Las mujeres mexicanas demuestran que es #TiempoDeMujeres”, escribió la jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada.
Un triunfo rodeado de polémica
No todo fue celebración. A lo largo de la semana, el certamen enfrentó serias acusaciones tras la renuncia del pianista franco-libanés Omar Harfouch, quien denunció una supuesta “falta de transparencia” y una “votación secreta” para seleccionar a las semifinalistas sin la evaluación de los miembros del jurado. Incluso afirmó —sin pruebas— que la mexicana ganaría por presuntos intereses vinculados al padre de Bosch.
A estas controversias se sumaron las ausencias inesperadas del exfutbolista Claude Makélélé y del artista Romero Britto, ambos originalmente anunciados como jueces. Las dudas crecieron en redes sociales y entre páginas especializadas como Real Pageanthology, que acusó a la MUO de “escoger a la ganadora”.
Durante la primera conferencia de prensa de Bosch como Miss Universo, los organizadores evitaron responder preguntas sobre el presunto fraude o las renuncias en el panel. En contraste, Natalie Glebova, Miss Universo 2005, pidió que el certamen recupere la certificación de una firma auditora externa, como sucedía en años anteriores.
Una reina con propósito
Pese a la controversia, Fátima Bosch afirmó que utilizará su reinado para impulsar la igualdad de género y empoderar a niñas y jóvenes de México y del mundo.
“Sé que esta corona no sólo representa belleza; también es una oportunidad para hacer algo significativo con ella”, declaró.
Entre aplausos y críticas, México celebra a su nueva Miss Universo, una reina que inició su camino exigiendo respeto y que ahora promete usar su voz para hacer historia.