Comerciantes establecidos en la zona del Mercado Miguel Alemán y alrededores volvieron a marcar una línea roja: no quieren el retorno de vendedores informales a los puntos “de siempre”, al considerar que reinstalarlos sería premiar la ocupación irregular del espacio público y castigar a quienes pagan renta, permisos e impuestos.
El posicionamiento se da mientras integrantes de Comerciantes Unidos de la Josefa Ortiz retoman el plantón frente a Presidencia Municipal para exigir que se les permita vender en calles como Aquiles Serdán y puntos inmediatos al Templo de La Soledad.
“No es derecho al trabajo: es competencia desleal”
Locatarios, comerciantes formales sostienen que el ambulantaje —cuando intenta reinstalarse en banquetas y accesos— opera como un “monopolio” de facto: controla puntos de venta sin título legal, desplaza peatones, obstruye fachadas y lucra con una zona que debería tener piso parejo.
El señalamiento conecta con un dato que ya está en el debate público: en el Congreso se citó que a comerciantes reubicados les cobraban hasta 600 pesos por un lugar, un síntoma —dicen locatarios— de que alrededor del comercio informal surgen intermediarios y cobros sin el mismo escrutinio que enfrenta el comercio establecido.
El argumento municipal: “ya se les cumplió; no habrá más”
Del lado del Municipio, el director de Comercio, Consumo y Abasto, Carlos Anaya, sostiene que se otorgaron los espacios prometidos (incluso señala que actualmente cuentan con 13 lugares en el contexto de festividades) y que no habrá permisos nuevos.
Además, el funcionario recalca que las ubicaciones exigidas chocan con reglas de orden, al referir que hay disposiciones que impiden comercio fuera de templos y que, por antecedentes, no debería instalarse comercio a menos de 100 metros de un mercado.
“Los han recibido una y otra vez”: reuniones, ofertas y negativas
La narrativa de “no nos atienden” también se estrella con el historial institucional: en una cobertura previa se reportó que, durante el conflicto por reubicación, se contabilizaron 14 reuniones y se plantearon 20 espacios posibles, además de mecanismos de apoyo para transitar a esquemas formales.
Y mientras el grupo de informales encabezados por la familia Terán insiste en volver a puntos del Centro, el propio proceso de ordenamiento municipal en la Miguel Alemán se ha defendido como una acción para recuperar banquetas y seguridad para peatones, comerciantes y usuarios del transporte público.
La sombra política: reaparece Hades Aguilar
En este nuevo episodio, el plantón volvió a contar con impulso político. La diputada local de Morena Hades Aguilar se ha presentado en manifestaciones para respaldar al grupo y advertir que continuarán las acciones de protesta; comerciantes establecidos la acusan de “querer capitalizar” el conflicto, en vez de empujar una salida que no reviente el ordenamiento.
El fondo: ordenamiento vs. presión
La disputa, en los hechos, ya dejó de ser solo “un espacio”. Es el choque entre dos visiones:
• una, la del comercio formal, que exige reglas iguales y calles transitables;
• otra, la de grupos que buscan reinstalarse justo donde la autoridad sostiene que no se puede por norma y precedentes.