El ajolote, uno de los símbolos más representativos de la biodiversidad mexicana, no solo ha cautivado a la ciencia y la cultura, sino también a millones de personas que han decidido resguardar el billete de 50 pesos que lo inmortaliza.
A casi cuatro años de su puesta en circulación, el Banco de México (Banxico) reveló que 9.8 millones de mexicanos guardan o coleccionan esta denominación, lo que equivale a unos 490 millones de pesos fuera del flujo cotidiano de la economía.
El billete, perteneciente a la familia G y emitido el 28 de octubre de 2021, rinde homenaje al México antiguo. En su anverso aparecen elementos como la Piedra del Sol, el Teocalli de la Guerra Sagrada, una representación de Tenochtitlan basada en un mural de Diego Rivera y el símbolo Ollin; mientras que en el reverso destacan los canales de Xochimilco, el maíz y el ajolote, especie endémica del país.
De acuerdo con Banxico, el 83 por ciento de la población ha escuchado hablar del billete, el 56 por ciento lo asocia directamente con el ajolote y solo el 11 por ciento identifica que la especie aparece en la parte trasera. Pese a ello, el impacto visual y simbólico ha sido suficiente para convertirlo en uno de los más apreciados por la ciudadanía.
Pamela Valencia, fundadora del Museo del Ajolote, relató que desde 2019 participó en el proceso de diseño, cuando Banxico le adelantó la intención de destacar a esta especie. La selección buscó visibilizar al ajolote silvestre, de color oscuro, y no únicamente a su versión rosada más conocida. En 2020 se aprobó el boceto final y en 2021 se imprimieron 60 millones de billetes, hoy la quinta denominación más demandada del país.
El reconocimiento llegó a nivel internacional en 2022, cuando la Sociedad Internacional de Billetes de Banco otorgó a la pieza el “Premio al Billete del Año”. El modelo del diseño es “Gorda”, una ajolote de ocho años que habita en Axolotitlán y cuya imagen fue capturada en una sesión fotográfica de seis horas.
Banxico detalló que el 23 por ciento de quienes reciben el billete decide guardarlo, principalmente por su diseño atractivo, su valor como objeto de colección o con fines de reventa. Para especialistas y promotores de la conservación, el éxito del billete también ha servido para despertar conciencia sobre una especie en riesgo. Como resume Valencia: “No se puede defender lo que no se conoce”, y el billete de 50 pesos ha puesto al ajolote en millones de manos.