Londres se llenó de nostalgia este miércoles cuando el hospital Great Ormond Street for Children abrió una cápsula del tiempo enterrada hace 32 años por la difunta princesa Diana de Gales y dos niños. En su interior, un trozo de historia descansaba pacientemente, compuesto por objetos tan variados como un disco de Kylie Minogue, una televisión de bolsillo y una calculadora solar.
La cápsula, una caja de madera revestida de plomo, fue originalmente enterrada en 1991 para conmemorar la colocación de la primera piedra de un nuevo edificio del hospital. Diana, quien fue presidenta de honor del hospital, seleccionó cada objeto junto a dos niños afortunados que ganaron un concurso para participar en este acto simbólico. Aunque se planeaba abrirla en «cientos de años», la necesidad de espacio para una nueva unidad de oncología pediátrica hizo que saliera a la luz antes de lo previsto.
El contenido de la cápsula no solo refleja la cultura pop y la tecnología de la época, sino que también incluye una colección de monedas británicas, semillas de árboles, un holograma de un copo de nieve, una hoja de papel reciclado y una fotografía de la princesa Diana. Además, se encontraron un cómic, una cámara fotográfica desechable y un ejemplar del periódico The Times, capturando un momento congelado en el tiempo.
Janet Holmes, una trabajadora del hospital presente en la colocación de la primera piedra, expresó su emoción al ver la televisión de bolsillo. «Me trajo muchísimos recuerdos. Le había comprado uno a mi marido, eran carísimos entonces», comentó, evocando un tiempo pasado que resuena con los cambios tecnológicos y personales de la vida cotidiana.
El hallazgo no solo es un viaje al pasado, sino que también subraya el legado duradero de la princesa Diana y su vínculo con el hospital. La cápsula, ahora abierta, recuerda a todos que el tiempo puede detenerse momentáneamente, pero sus historias y emociones perduran para siempre.