América Latina y el Caribe reportan la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes a nivel mundial, solo superada por África Subsahariana, según datos de la ONU. Cada año, alrededor de 1.6 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz en la región, mientras que 36 mil menores de 15 años también se convierten en madres, lo que equivale a que cuatro niñas sean madres cada minuto.
Organismos internacionales, gobiernos y ONG han alertado que esta situación perpetúa un «círculo vicioso» de pobreza y exclusión para las adolescentes, quienes a menudo enfrentan violencia sexual, falta de acceso a métodos anticonceptivos modernos y educación sexual limitada. La ONU advierte que la cifra de nacimientos en adolescentes en América Latina es de 51.4 por cada mil jóvenes, en comparación con una media mundial de 41.3.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que este fenómeno está profundamente vinculado a la desigualdad, ya que las adolescentes en áreas rurales tienen menos acceso a métodos anticonceptivos. Este limitado acceso afecta directamente su educación y oportunidades laborales, perpetuando la pobreza en generaciones futuras.
En el marco del Día Mundial de Prevención del Embarazo Adolescente, expertos coinciden en la urgencia de mejorar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, y promover proyectos de vida para evitar que las jóvenes queden atrapadas en una vida de pobreza y exclusión. La situación es especialmente grave en países como República Dominicana, Honduras y Guatemala, donde las tasas de embarazo adolescente son alarmantemente altas.