Redacción
Guatemala.- Bernardo Arévalo, el candidato progresista del Movimiento Semilla, ha logrado una contundente victoria en la segunda vuelta presidencial de Guatemala, enviando un claro mensaje de rechazo a la élite política gobernante y demandando un enfoque más enérgico contra la corrupción generalizada en el país.
Los resultados preliminares reflejaron una ventaja abrumadora para Arévalo sobre su rival de derecha, Sandra Torres. A pesar de este éxito, persisten preguntas sobre si el izquierdista defensor de la lucha anticorrupción será reconocido como el nuevo Presidente, dado el historial de intentos por parte de la administración actual y el sistema judicial guatemalteco de suspender a su partido y evitar su participación en la segunda vuelta.
Con el 99.89% de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que Arévalo lidera el conteo oficial con un 58.04%, en comparación con el 37.20% de Torres, quien buscaba convertirse en Presidenta por tercera vez representando a la Unión Nacional de la Esperanza (UNE).
En sus primeras declaraciones tras conocer los resultados preliminares, Arévalo reafirmó su compromiso de combatir la corrupción, que ha permeado diversos sectores políticos y económicos de Guatemala. Acompañado por su compañera de fórmula, Karin Herrera, Arévalo destacó la importancia de la unidad del pueblo guatemalteco en la lucha contra la corrupción y la búsqueda de un cambio significativo en el país.
Aunque la proclamación oficial de los resultados está pendiente, se espera que las autoridades electorales revisen minuciosamente las actas y consideren las eventuales impugnaciones que puedan surgir.
La victoria de Arévalo ha generado reacciones en el ámbito nacional e internacional. El Presidente saliente, Alejandro Giammattei, felicitó a los guatemaltecos por unas elecciones que se llevaron a cabo en un ambiente de paz y con pocos incidentes. Además, felicitó a Arévalo y extendió una invitación para iniciar una transición ordenada.
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, también felicitó a Arévalo por su victoria y elogió el proceso electoral como una verdadera fiesta cívica.
Arévalo, de 64 años, y Torres, de 67 años, presentaron visiones contrastantes sobre las necesidades de la sociedad guatemalteca. Mientras Arévalo prometió combatir la corrupción y la impunidad que afectan al país, Torres apeló a los valores conservadores y religiosos, y también ofreció programas de ayuda social y reducción en los precios de la canasta básica.
Sin embargo, el desafío aún persiste. La historia de la primera vuelta, en la que los resultados se certificaron después de más de dos semanas, y los intentos de suspensión del partido Semilla por parte de la Fiscalía, han dejado en la memoria de los guatemaltecos la posibilidad de nuevos obstáculos en el camino.
Analistas prevén que los próximos días intensificarán la polarización en el país y la judicialización del proceso electoral. A medida que avance la transición de poder, habrá un enfoque en cómo se abordan los desafíos institucionales y se impulsa un cambio significativo en Guatemala.