Redacción
México.- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial han hecho un llamado urgente a los líderes políticos, partes interesadas y comunidades de América Latina y el Caribe para abordar con prontitud uno de los mayores desafíos educativos de la región en los últimos cien años. En un informe conjunto titulado «El aprendizaje no puede esperar: Lecciones para América Latina y el Caribe a partir de PISA 2022», ambos organismos alertaron sobre la magnitud de la crisis educativa evidenciada por los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2022.
Los datos revelados en el informe son preocupantes: tres de cada cuatro jóvenes de 15 años en la región no pueden demostrar habilidades matemáticas fundamentales, y uno de cada dos no alcanza las habilidades mínimas de lectura. Este panorama refleja una tendencia alarmante en el aprendizaje, que no avanza adecuadamente en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe.
Mercedes Mateo, responsable de Educación en el BID, resaltó la importancia de aumentar la inversión en educación y optimizar el uso de los recursos existentes. «Si no solucionamos estas brechas de aprendizaje pronto, nuestros jóvenes no tendrán las habilidades que el mercado laboral del futuro demanda», advirtió.
El informe también hace hincapié en las desigualdades socioeconómicas y de género en los sistemas educativos, así como en la necesidad de dirigir esfuerzos hacia los estudiantes más vulnerables. La pandemia ha exacerbado estos desafíos al exponer las limitaciones en la preparación para el aprendizaje a distancia y resaltar las persistentes brechas en el acceso y uso de la tecnología educativa.
Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que si bien la tecnología puede complementar la enseñanza, nunca reemplazará al maestro. Destacó la necesidad de reducir las desigualdades mediante el uso efectivo de la tecnología en el aula.
El informe propone diversas recomendaciones para abordar la crisis educativa, incluyendo el desarrollo de competencias básicas, el apoyo a grupos vulnerables, la recuperación de aprendizajes perdidos durante la pandemia y la mejora del acceso a la tecnología educativa.
En resumen, el informe destaca la necesidad apremiante de tomar medidas decisivas y estratégicas para abordar la crisis educativa en América Latina y el Caribe, haciendo hincapié en el papel crucial de la tecnología como herramienta para potenciar la enseñanza y garantizar la resiliencia ante futuras disrupciones.