Redacción
Estados Unidos.- El presidente Joe Biden anunció el martes un conjunto de restricciones significativas para los migrantes que buscan asilo en la frontera con México, en un esfuerzo por neutralizar la inmigración como tema de controversia política antes de las elecciones de noviembre. La Casa Blanca detalló la nueva proclamación presidencial que impedirá otorgar asilo a migrantes cuando se determine que la frontera sur está siendo abrumada.
La orden de Biden entrará en vigor cuando la cantidad de encuentros en la frontera entre los puertos de entrada alcance los 2,500 diarios, un número que supera los promedios actuales, lo que significa que la directriz debería aplicarse de inmediato. Las restricciones se mantendrán hasta dos semanas después de que el número diario de encuentros se reduzca a 1,500, según informó la agencia The Associated Press.
Los migrantes que no expresen temor de regresar a sus países de origen serán expulsados rápidamente de Estados Unidos y enfrentarán prohibiciones de reingreso por cinco años y posibles cargos penales. Aquellos que sí manifiesten temor serán examinados bajo normas más estrictas para obtener formas limitadas de protección humanitaria, incluida la Convención contra la Tortura de la ONU.
Cuatro funcionarios de alto nivel del gobierno detallaron la orden bajo anonimato. A pesar de la disminución constante en el número de migrantes desde diciembre, justificaron la medida argumentando que las cifras siguen siendo demasiado altas y podrían aumentar con la mejora del clima.
El gobierno de Biden tiene un acuerdo con México para aceptar hasta 30,000 ciudadanos al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela a quienes se les haya negado la entrada a Estados Unidos. Sin embargo, no está claro qué ocurrirá con los ciudadanos de otros países afectados por esta nueva directriz.
La implementación rápida de las deportaciones se enfrenta a desafíos debido a la financiación insuficiente del Congreso y a limitaciones legales en la detención de familias migrantes. La autoridad legal para la orden de Biden se basa en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite al presidente limitar la entrada de ciertos migrantes si se considera perjudicial para los intereses nacionales.
Los funcionarios destacaron que la propuesta de Biden difiere de la de Trump, que utilizó las mismas disposiciones legales para prohibir la entrada a ciudadanos de países de mayoría musulmana y frenar el asilo. La orden de Biden incluye exenciones humanitarias para víctimas de tráfico humano, menores no acompañados y personas con emergencias médicas graves, así como para aquellos que programen citas con funcionarios fronterizos a través de la aplicación CBP One.
Los republicanos del Congreso rechazaron la orden de Biden, calificándola de “ardid político”. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, criticó la medida en una conferencia de prensa, afirmando que Biden había creado el problema y ahora intentaba una solución superficial.