En lo que va de 2024, México ha registrado 7 mil 975 nacimientos de niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años, lo que equivale a 21.8 alumbramientos diarios por parte de menores que, de acuerdo con especialistas y activistas, no son madres, sino víctimas de violencia sexual que el Estado mexicano ha ignorado sistemáticamente.
Los datos, difundidos por la investigadora Montserrat Mora a partir de registros abiertos de la Secretaría de Salud, revelan que Chiapas, Estado de México, Veracruz, Puebla y Jalisco concentran el 40% de los casos. Solo tres embarazos corresponden a niñas de 10 años, 32 a menores de 11, 195 a niñas de 12, 1,422 a adolescentes de 13 y 6,323 a niñas de 14 años.
Las cifras han causado indignación en redes sociales, especialmente por las edades de los varones identificados como padres, que van desde los 13 hasta los 65 años, revelando enormes diferencias de edad y evidencias claras de abusos sistemáticos. En El Oro, Estado de México, por ejemplo, se reportó el caso de una niña de 12 años embarazada por un hombre de 65, una diferencia de 53 años. En Texcoco, una niña de 10 dio a luz; el padre tenía 32.
“No son madres, son niñas violadas”, sentenció Juan Martín Pérez García, coordinador de la red Tejiendo Infancias en América Latina, en entrevista con Excélsior. “Esto no puede verse como un embarazo infantil, sino como un crimen de violencia sexual que debe ser investigado y sancionado.”
Un sistema que falla a las niñas
Organizaciones como Reinserta y expertos en derechos de la infancia alertan que estos embarazos son prueba de fallos estructurales en el sistema de protección de menores: desde el Registro Civil hasta los Ministerios Públicos, pasando por escuelas, hospitales y autoridades judiciales.
“Cada niña embarazada que no recibe justicia representa un fracaso del Estado mexicano para prevenir, investigar, sancionar y proteger a las infancias”, afirmó Reinserta en un pronunciamiento.
Pérez García cuestionó la falta de investigaciones penales en los casos documentados. Alertó que detrás de estas relaciones desiguales podría haber no solo violación, sino también trata de personas y explotación sexual infantil, delitos graves que permanecen impunes.
“Una niña embarazada no puede consentir una relación sexual. Y menos cuando el agresor le lleva 30, 50 o hasta 60 años. Son violaciones que se maquillan con una narrativa peligrosa que romantiza la pedofilia”, advirtió.
Urge una respuesta estatal inmediata
Activistas piden una auditoría nacional al Registro Civil para verificar si los casos de niñas embarazadas son reportados a las autoridades ministeriales. También exigen la creación de una Ruta Nacional de Atención Integral para niñas víctimas de violencia sexual, que incluya atención médica, psicológica, legal y educativa, así como protocolos obligatorios de denuncia en hospitales y escuelas.
Asimismo, plantean la capacitación urgente de funcionarios públicos para prevenir, detectar y actuar ante estos casos, y campañas comunitarias que ayuden a romper el silencio que los rodea.
“La indignación viral en redes debe traducirse en acción institucional. Estas niñas necesitan justicia, reparación y protección, no silencio ni negligencia”, concluyó Pérez García.
Radiografía del horror
- 7,975 nacimientos de niñas entre 10 y 14 años en 2024.
- 3 casos en niñas de 10 años.
- 32 casos en niñas de 11 años.
- 195 casos en niñas de 12 años.
- 1,422 casos en niñas de 13 años.
- 6,323 casos en niñas de 14 años.
Estados con mayor tasa por cada 10 mil niñas:
- Chiapas: 28.3
- Guerrero: 24
- Campeche: 20.6
- Chihuahua: 20
- Oaxaca: 19.3
(Promedio nacional: 14.6)
La maternidad infantil en México no es un dato estadístico, es una crisis de derechos humanos que exige atención urgente del Estado y de la sociedad entera.