Durante los primeros ocho meses de 2025, las ventas de refrescos y otras bebidas no alcohólicas en México sumaron 198.5 millones de pesos, una cifra 2.7% menor en términos reales respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De manera paralela, el valor de la producción del sector se redujo 2.5% anual, lo que refleja una ligera desaceleración en el consumo de este tipo de productos.
Pese a ello, el número de trabajadores en la industria aumentó 5.9%, alcanzando 64 mil 336 empleados registrados en agosto de 2025, lo que sugiere un esfuerzo de las empresas por mantener su operación y distribución, incluso en un contexto de menor demanda.
La salud pública en el centro del debate
Aunque las causas de la epidemia de sobrepeso y obesidad en México son múltiples, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ha señalado que existe una relación directa entre el consumo frecuente de bebidas azucaradas y el desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión.
México se mantiene como uno de los mayores consumidores de refrescos y comida ultraprocesada en América Latina, además de ser uno de los países con mayor obesidad infantil del mundo, según reportes internacionales.
Sheinbaum: el impuesto no busca recaudar, sino prevenir
Durante su conferencia matutina de este jueves, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reiteró que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a las bebidas azucaradas no tiene fines recaudatorios, sino que busca reducir su consumo y prevenir enfermedades crónicas.
“El objetivo no es recaudar, sino disminuir el consumo de refrescos y evitar mayor diabetes, hipertensión y obesidad en la población”, aseguró la mandataria.
El gobierno federal ha sostenido que la política fiscal y de salud pública deben ir de la mano, con el propósito de modificar hábitos alimenticios y proteger a las generaciones más jóvenes, quienes son las más expuestas al consumo diario de bebidas azucaradas.