Nepal – El cambio climático está revelando los cuerpos de cientos de escaladores que murieron en el Monte Everest, ya que el deshielo expone restos humanos que habían permanecido ocultos durante décadas. Desde que comenzaron las expediciones en la década de 1920, más de 300 personas han muerto en el Everest, y muchos de sus cuerpos quedaron atrapados en el hielo o enterrados en la nieve.
Este año, un equipo especial de escaladores y soldados nepaleses ha recuperado cinco cuerpos congelados, incluido un esqueleto, llevándolos hasta Katmandú, la capital de Nepal, para su identificación y posible incineración. «Debido a los efectos del cambio climático, los cuerpos y los residuos son cada vez más visibles a medida que disminuye la capa de nieve», explica Aditya Karki, comandante del ejército nepalí que lidera el equipo.
La recuperación de cadáveres en el Everest es una tarea extremadamente difícil y costosa. Muchos cuerpos se encuentran en la «zona de la muerte», donde el bajo nivel de oxígeno aumenta el riesgo para la salud y puede ser fatal si se permanece allí mucho tiempo. Tshiring Jangbu Sherpa, quien dirigió una de las expediciones de recuperación, relata que «sacar el cuerpo es una cosa, bajarlo es otra», debido al peso y las condiciones extremas en las altitudes elevadas.
La misión de limpiar el Everest también incluye la recogida de residuos acumulados a lo largo de los años. Con un presupuesto de más de 600 mil dólares, se han movilizado 171 guías y porteadores nepaleses que han recuperado 11 toneladas de residuos, incluidos cilindros de gas vacíos, equipamiento de escalada y excrementos humanos.
«Las montañas nos han ofrecido muchas oportunidades», dice Tshiring Jangbu Sherpa. «Tenemos que devolvérselo, hay que sacar los desechos y los cuerpos», insiste.