Redacción
Argentina.- Un equipo de investigadores dirigido por Johannes Fürst del Instituto de Geografía de la FAU (Friedrich Alexander Universitat) ha dejado al mundo científico atónito con su último hallazgo: los campos de hielo que se extienden en la región patagónica de los Andes albergan cuarenta veces más hielo que todos los glaciares de los Alpes europeos, según revela un estudio publicado en Communications Earth & Environment.
Los expertos emplearon métodos de última generación y datos escasos disponibles hasta la fecha para reestimar el volumen de ambos campos de hielo, llegando a la sorprendente cifra de 5 mil 351 kilómetros cúbicos en el año 2000.
Esta revelación pone de manifiesto la magnitud de los campos de hielo patagónicos, cuyas dimensiones superan con creces a sus contrapartes europeas. El Campo de Hielo Patagónico Norte, por ejemplo, se extiende aproximadamente 120 kilómetros de largo y entre 50 y 70 kilómetros de ancho en algunos puntos, mientras que el Campo de Hielo Patagónico Sur es más de tres veces más grande, abarcando un área de unos 350 kilómetros de norte a sur con un ancho promedio de 30 a 40 kilómetros. Con un espesor medio de más de 250 metros, estos campos de hielo son aproximadamente cinco veces más gruesos que los glaciares de los Alpes europeos.
El clima extremo y peculiar de la región patagónica, caracterizado por fuertes vientos que transportan aire húmedo desde el océano hacia el interior, juega un papel crucial en la formación y mantenimiento de estos campos de hielo. Las altas precipitaciones, que pueden superar los 3 mil milímetros anuales, proporcionan una fuente constante de reposición de hielo, contribuyendo al rápido flujo de los glaciares hacia el valle.
Sin embargo, la investigación en esta región remota no está exenta de desafíos. La disputa entre Argentina y Chile sobre la ubicación exacta de la frontera ha dejado amplias extensiones de los campos de hielo patagónicos como tierra de nadie, dificultando enormemente el acceso y la toma de mediciones precisas. Además, el fenómeno natural que aumenta las precipitaciones con la altitud dificulta la instalación de estaciones meteorológicas en estas áreas montañosas.
A pesar de los obstáculos, los investigadores continúan desentrañando los misterios de estos vastos campos de hielo, cuya importancia en el contexto del cambio climático global es cada vez más evidente.