Redacción
Estados Unidos.- Australia, Reino Unido y Canadá se sumaron a Estados Unidos en su boicoteo diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en febrero.
El primer ministro australiano, Scott Morrison; el británico, Boris Johnson, y el de Canadá, Justin Trudeau, hicieron pública su decisión. Otros aliados sopesan a su vez unirse a la iniciativa estadounidense para protestar por lo que la Casa Blanca definió el lunes como “atrocidades” de China en materia de derechos humanos.
Al respecto de la decisión, Trudeau declaró en conferencia de prensa: «Estamos profundamente preocupados por las violaciones a los derechos humanos del gobierno chino».
«Es importante asociarse con aliados en el mundo cuando se tiene un enfoque contra China«, subrayó Trudeau.
La medida solo conllevará a que ningún representante del gobierno viaje a China, mientras que no impedirá que los deportistas canadienses participen en los Juegos, que arrancan el próximo 4 de febrero de 2022.
Por su parte Boris Johnson que «Como he dicho anteriormente, no apoyamos los boicots deportivos, pero no hay planes para (…) que los ministros asistan a los Juegos Olímpicos de Invierno», afirmó en el Parlamento, subrayando que «habrá un boicot diplomático»
El dirigente australiano, Morrison, ha justificado la decisión aludiendo a la falta de respuesta de Pekín a varias cuestiones planteadas por su país sobre dos asuntos: los supuestos abusos de derechos humanos en la región occidental china de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, y también a las barreras comerciales adoptadas por Pekín en detrimento de las importaciones australianas. “Por lo tanto, no es sorprendente que los diplomáticos australianos no viajen a China para asistir a esos Juegos”, declaró el jefe del Gobierno a los periodistas en Sídney.
En ninguno de los casos, el boicot diplomático afecta a las contiendas deportivas ni impide la participación de los atletas británicos, canadienses, estadounidenses o australianos.
El lunes pasado, Estados Unidos anunció el boicot y fue secundado este miércoles por Australia y Reino Unido.
Según las organizaciones de defensa de los derechos humanos, al menos un millón de uigures y otras personas de minorías musulmanas han sido encarceladas en campos en Xinjiang, donde el gobierno chino también está acusado de imponer trabajos y esterilizaciones forzadas