Redacción
Austria.- Un equipo de científicos de la Universidad Johannes Kepler en Linz, Austria, ha desarrollado una innovadora batería de litio que utiliza un derivado del aceite de ricino como aglutinante. Este avance promete reducir significativamente la probabilidad de fallos en las baterías y la producción de desechos tóxicos.
Tradicionalmente, las baterías de litio emplean polifluoruro de vinilideno (PVDF) como aglutinante para mantener unidos los materiales del electrodo y como separador entre los electrodos positivos y negativos. Sin embargo, la producción de PVDF es energéticamente costosa y utiliza disolventes tóxicos.
El equipo austríaco propone sustituir el PVDF por ácido 11-aminoundecanoico, un derivado del aceite de ricino. Este nuevo aglutinante se produce en agua a temperaturas moderadas, lo que reduce el consumo energético. Además, es térmicamente estable hasta 350 °C y mejora significativamente la adherencia de los electrodos, según el estudio publicado en la revista Advanced Energy Materials.
Klaus Bretterbauer, del Instituto de Tecnología Química de Materiales Orgánicos de la Universidad Johannes Kepler y uno de los autores del estudio, explicó a la agencia APA que la mejor adhesión «reduce considerablemente la probabilidad de que una batería falle debido a que el electrodo se desprenda del colector de corriente».
Otra ventaja destacada es que, al ser un producto natural y soluble en agua, facilita el proceso de recuperación y reciclaje de materiales como el litio, el cobalto y el manganeso. Esto contrasta con el PVDF, que pertenece a la categoría de PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), conocidas por su dificultad de reciclaje y alta toxicidad.
La Unión Europea tiene planes de prohibir los agentes químicos sintéticos del tipo PFAS, lo que hace aún más relevante este nuevo desarrollo. «Las baterías con PFAS son difíciles de reciclar y suponen un alto riesgo para el medioambiente», señala Bretterbauer.