Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han desarrollado baterías innovadoras que emplean plásticos reciclados y agua de mar como componentes principales. Estas baterías no solo tienen un costo menor, sino que también representan un avance significativo hacia una tecnología más sostenible y de menor impacto ambiental.
El proyecto, liderado por Jorge Oliva Uc del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) en Querétaro, busca transformar residuos plásticos, como envolturas de kétchup y mayonesa, en baterías ligeras, menos tóxicas y más accesibles.
“A diferencia de las pilas comerciales que contienen metales pesados, nuestras baterías pesan menos de 10 gramos y pueden fabricarse a un costo de entre cinco y ocho pesos, en comparación con los 30 a 60 pesos de las tradicionales”, detalló Oliva.
Prototipos en prueba y aplicaciones futuras
Hasta el momento, los prototipos han demostrado ser efectivos en controles remotos y juguetes. El equipo trabaja ahora en aumentar la capacidad energética de las baterías para usarlas en dispositivos más exigentes, como teléfonos móviles y vehículos eléctricos.
El uso de agua de mar como electrolito reemplaza los ácidos tóxicos utilizados en baterías convencionales, mientras que los plásticos reciclados abaratan los costos y reducen el peso de la estructura. Además, el equipo explora la posibilidad de patentar las innovaciones desarrolladas.
Un aporte contra la contaminación plástica
México enfrenta un grave problema ambiental derivado del plástico, con un consumo anual per cápita de 66 kilogramos. Gran parte de estos desechos termina en el medio ambiente, agravando la crisis climática.
De acuerdo con un informe de la ONU, el plástico representa el 85% de los desechos en los océanos, y su volumen podría triplicarse para 2040. Este proyecto ofrece una solución práctica para mitigar el problema al reutilizar plásticos en productos de alta demanda tecnológica.
Avances en reciclaje y nuevas aplicaciones
Paralelamente, el equipo trabaja en el reciclaje de baterías de litio provenientes de dispositivos electrónicos. Componentes como grafitos y electrodos se están reutilizando para fabricar baterías adecuadas para dispositivos de menor consumo energético.
Además, los investigadores estudian otras aplicaciones para sus electrodos, como la descontaminación de aguas residuales. “Con luz solar, estos materiales pueden eliminar trazas de herbicidas y fármacos presentes en el agua”, explicó Oliva.
El proyecto cuenta con la colaboración de académicos de instituciones nacionales e internacionales, así como estudiantes de la UNAM. “Nuestro objetivo es contribuir a un futuro más limpio y sostenible”, concluyó Oliva.