Donald Trump, ya instalado como Presidente de los Estados Unidos, ha cumplido una de sus promesas de campaña al eliminar la aplicación CBP One. Esta herramienta digital, que había facilitado el ingreso legal de casi un millón de personas con derecho a trabajar en EE.UU., fue desactivada inmediatamente después de que Trump prestara juramento este lunes 20 de enero. Un aviso en el sitio web de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informó que la aplicación, utilizada para programar citas en ocho puertos de entrada en la frontera con México, ya no está disponible y que todas las citas existentes fueron canceladas.
CBP One funcionaba como una especie de lotería que otorgaba citas a 1,450 personas diariamente para solicitar asilo o permiso de entrada. Esta «libertad condicional» bajo la cual ingresaban los migrantes había sido ampliamente utilizada por la administración de Joe Biden, más que por cualquier otro presidente desde su introducción en 1952.
En respuesta a esta medida, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó durante su conferencia matutina que desearía que el programa continuara o que se implementara un sistema similar. «No sabemos si va a permanecer o no, pero nosotros queremos que, si desaparece, se establezca algo similar, porque ha tenido resultados», afirmó desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Sheinbaum sugirió que un esquema similar podría aplicarse desde Centroamérica o el sur de México para ayudar a reducir la presión migratoria en las fronteras norte y sur. Además, mencionó la importancia de los migrantes para la economía estadounidense y adelantó medidas de apoyo para los mexicanos en caso de deportaciones masivas, que incluirían programas como la Pensión del Bienestar para adultos mayores, la beca Rita Cetina, Fertilizantes para el Bienestar y Tandas para el Bienestar.
La eliminación de CBP One se enmarca en una serie de políticas estrictas en materia de inmigración que Trump ha prometido implementar, buscando complacer a aquellos que veían en la aplicación una invitación abierta a la migración. Esta decisión podría tener amplias repercusiones en la gestión de la frontera y en las relaciones bilaterales, especialmente con México, que ya está preparándose para posibles escenarios de deportación masiva con un enfoque en la asistencia y defensa de sus ciudadanos en el extranjero.