Un cambio histórico está ocurriendo en Corea del Sur. Desde que en 2024 se aprobara la ley que prohíbe la cría, sacrificio, distribución y venta de carne de perro, el 40% de los criaderos han cerrado, según informó el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales.
De los 1,537 criaderos registrados en enero de 2024, cuando la ley fue aprobada, 623 han cesado sus actividades. Se espera que para finales de este año el 60% haya cerrado definitivamente, en un claro reflejo del declive de esta práctica.
Un paso definitivo hacia la erradicación del consumo de carne de perro
La ley establece un periodo de transición hasta 2027, tras el cual aquellos que infrinjan la normativa podrán enfrentarse a penas de hasta dos años de cárcel o multas de hasta 30 millones de wones (aproximadamente 20,580 dólares). Además, se han implementado programas de subvenciones para ayudar a los involucrados en esta industria a cambiar de actividad económica.
El consumo de carne de perro en Corea del Sur ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, impulsado por el aumento del número de hogares con mascotas y un cambio en la percepción social. Encuestas recientes indican que la gran mayoría de surcoreanos nunca ha consumido carne de perro y no tiene intención de hacerlo.
Cierre de mercados y transformación de la industria
En paralelo al cierre de criaderos, los grandes mercados que vendían este tipo de carne han desaparecido paulatinamente. Durante los últimos años, el gobierno y diversas asociaciones han trabajado activamente en el cierre de granjas y mataderos, facilitando la reconversión de los dueños a otros sectores económicos.
Este giro representa un hito en la evolución de los derechos de los animales en Corea del Sur, alineándose con una creciente tendencia global de protección animal y rechazo a prácticas tradicionales que han quedado en el pasado.