México- La cultura laboral en México está marcada por largas jornadas de trabajo, bajos salarios y pocos días de descanso, lo que deriva en problemas de salud física y mental para los empleados. Este ciclo desfavorecedor es común en muchas empresas mexicanas, donde se espera que los trabajadores den todo por la empresa sin considerar sus vidas fuera del ámbito profesional. Esta realidad se refleja en el promedio anual de horas trabajadas en México, que es de 2,148, el más alto del mundo, según la organización World Population Review.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 27% de los empleados en México trabajan largas horas en un trabajo remunerado, en contraste con el promedio del 10% en otros países. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda un máximo de 40 horas de trabajo por semana, pero en México es común que los trabajadores excedan este límite sin recibir la compensación adecuada.
Recientemente, se implementó una reforma a la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas en México, que amplía la definición de explotación laboral para incluir jornadas que superen las 48 horas semanales. Esta normativa establece sanciones de entre tres y 10 años de prisión para quienes no respeten estos límites.
El objetivo de esta reforma es proteger a los trabajadores de condiciones laborales abusivas y asegurar que reciban una remuneración adecuada por su trabajo. Cinthya Susana Acosta Ugalde, coordinadora de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, explicó que las largas jornadas laborales también pueden considerarse explotación laboral debido a los abusos psicoemocionales que conllevan.
Los efectos negativos de trabajar más de ocho horas al día son múltiples. Estudios han demostrado que jornadas prolongadas aumentan el riesgo de desarrollar trastornos mentales como ansiedad y depresión. Las mujeres, en particular, son más propensas a sufrir de mala salud mental cuando trabajan más horas de lo recomendado. Un estudio en Australia mostró que trabajar entre 49 y 59 horas semanales está asociado con una peor calidad de salud mental, especialmente entre las mujeres.
En Japón, una investigación encontró que los estudiantes de medicina que trabajaban jornadas de 90-99 horas semanales tenían un mayor riesgo de desarrollar depresión en comparación con aquellos que trabajaban menos de 60 horas por semana. Además, se ha observado un aumento en las tasas de suicidio entre los hombres japoneses que trabajan largas horas.
Las largas jornadas laborales también están asociadas a un incremento en los problemas de salud física, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes. El consumo excesivo de alcohol y la fatiga crónica son otros efectos negativos de trabajar más allá de los límites legales.
Para mitigar estos riesgos, es esencial que las políticas laborales promuevan horarios de trabajo sanos y respeten los límites legales. También es crucial implementar medidas de protección para garantizar condiciones laborales seguras y justas, permitiendo a los trabajadores alcanzar un equilibrio adecuado entre sus vidas personales y profesionales.