Redacción
Tlaxcala.- El sector salud de Tlaxcala (Sesa Tlaxcala) ha confirmado el segundo fallecimiento de una persona asociada al síndrome de Guillain-Barré en la región, lo que ha generado una creciente preocupación entre las autoridades sanitarias y la población en general.
El lamentable suceso tuvo lugar el pasado miércoles 20 de marzo en el Hospital General de Zona número uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado en el municipio de Tlaxcala. La víctima, un hombre de 65 años de edad, fue ingresado debido a una polineuropatía desmielinizante inflamatoria sugestiva de Guillain-Barré, y se informó que su deceso fue consecuencia de complicaciones respiratorias.
Este trágico evento se suma al primer fallecimiento registrado el sábado 16 de marzo en el mismo hospital del IMSS, donde perdió la vida un individuo de sexo masculino de 58 años.
Según Rigoberto Zamudio, secretario de Salud de Tlaxcala, hasta el 19 de marzo se habían identificado 66 casos de síndrome de parálisis flácida aguda, de los cuales 26 resultaron positivos para Guillain-Barré. El funcionario señaló que la única conexión entre los casos parece ser la ingesta de pollo contaminado, lo que sugiere un brote asociado a esta causa.
Campylobacter jejuni, una bacteria presente en la carne blanca, específicamente en el pollo, ha sido identificada como la posible causa del brote. Aunque el síndrome de Guillain-Barré no es contagioso, las autoridades sanitarias están instando al personal médico a investigar los antecedentes de infecciones gastrointestinales o respiratorias, así como el historial de vacunación contra Covid-19 e influenza, y el consumo de carne de pollo en los casos que cumplan con la definición del síndrome.
Los municipios con mayor número de casos reportados son Tlaxcala, Santa Cruz Tlaxcala y Calpulalpan, y la mayoría de los afectados son hombres de entre 4 y 64 años de edad.
El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca el sistema nervioso, lo que puede provocar diversos síntomas como hormigueo en extremidades, dolor muscular, pérdida de sensibilidad y debilidad muscular. En casos graves, puede llevar a la parálisis y representar un riesgo para la vida del paciente al afectar la respiración, la presión arterial y el ritmo cardíaco.